En la localidad de Suba, cerca de 700 estudiantes del Colegio República Dominicana sede B, se preparan para un paro académico debido a las insalubres condiciones en las que reciben sus clases. Los problemas principales incluyen la exposición a aguas residuales y la presencia de mosquitos, que han llevado a la enfermedad de tres profesores y varios alumnos. La situación ha generado una creciente preocupación entre la comunidad educativa, que exige una pronta solución.
La situación es alarmante. «Los estudiantes y profesores están exhaustos y preocupados por la falta de respuesta adecuada a sus peticiones,» asegura. La escuela no está conectada al sistema de alcantarillado, lo que provoca que las aguas negras se acumulen en el área de clases. Esta situación ha afectado gravemente la salud de quienes allí laboran y estudian.
Los profesores han emitido un llamado urgente a la alcaldía para que intervenga y solucione el problema. Según ellos, desde hace año y medio han presentado múltiples derechos de petición sin recibir una respuesta efectiva. Las afecciones incluyen problemas digestivos, oculares, en la piel y respiratorios, que afectan tanto a docentes como a estudiantes.
La comunidad educativa del Colegio República Dominicana ha intentado abordar la crisis a través de diferentes instancias, incluyendo la personería y la Secretaría de Salud. Sin embargo, hasta el momento no se ha encontrado una solución definitiva. La falta de conexión con el alcantarillado sigue siendo el principal obstáculo para resolver el problema.
Los estudiantes están organizando un paro para mañana, aunque las clases aún se llevarán a cabo. La protesta busca llamar la atención de las autoridades sobre la urgente necesidad de intervención por parte de la Secretaría de Educación y la Secretaría de Salud. Los estudiantes y padres de familia esperan que esta medida presione para una acción rápida y efectiva.
A pesar de que un delegado de la Secretaría de Salud visitó el colegio para evaluar la situación, se ha decidido no cerrar la institución. El delegado mencionó que no había claridad sobre la fuente exacta de las aguas residuales. La comunidad sigue esperando una respuesta concreta para asegurar un entorno educativo seguro y saludable para todos los estudiantes.