El vallenato de luto: muere Miguel Ángel Díaz, hijo del Cacique de la Junta

El vallenato de luto: muere Miguel Ángel Díaz, hijo del Cacique de la Junta

Miguel Ángel Díaz Rincón, hijo del reconocido cantante de música vallenata Diomedes Díaz, falleció este sábado en Bogotá, tras librar una ardua batalla contra el síndrome antifosfolípido catastrófico, una rara enfermedad autoinmune que afectó gravemente su salud.

La noticia de su deceso fue confirmada por su hermano, Rafael María Díaz, quien compartió un emotivo mensaje en sus redes sociales:

«Gracias por tus mejores momentos y demostrar ese gran hermano que fuiste, noble y de buen corazón. Siempre te vamos a recordar. Descansa en paz, manito. Luchaste hasta el final y diste la batalla. Dios te tenga en la gloria. Te amamos.»

Miguel Ángel, de 20 años, enfrentó una complicada trayectoria médica. Debido a su condición, perdió ambos riñones, lo que lo llevó a recibir diálisis durante cuatro años. En un gesto de amor infinito, su madre le donó uno de sus órganos, prolongando su vida y esperanza. Sin embargo, su salud continuó deteriorándose.

En octubre de 2024, Miguel Ángel fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica Méredi, en Bogotá. Durante su hospitalización, enfrentó múltiples paros cardiorrespiratorios y fue mantenido en coma inducido. Las complicaciones por trombos microscópicos resultaron en la amputación de su pierna derecha, incrementando aún más su sufrimiento.

Su fallecimiento ha generado gran conmoción en el mundo vallenato y entre sus seguidores. Jaime Pérez Parodi, presentador oficial del Festival Vallenato y figura cercana a la familia Díaz, expresó en un sentido mensaje: «Viaja con Dios, Migue.»

Las redes sociales se han llenado de mensajes de condolencias hacia la familia Rincón, destacando la valentía y el amor que caracterizó a Miguel Ángel durante su vida.

El legado de Diomedes Díaz, junto con el recuerdo de su hijo, sigue resonando entre los amantes del vallenato, quienes hoy despiden a Miguel Ángel con profundo dolor.

By Wilson Castiblanco

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