En el barrio San Cayetano, localidad de Suba, crece la preocupación por una modalidad de hurto que tiene en alerta a sus habitantes. Vecinos reportan que hombres que aparentan ser recicladores se acercan con carritos y costales, pero en realidad utilizan esta fachada para seleccionar a sus víctimas y asaltarlas. La comunidad exige a las autoridades actuar antes de que se presenten más casos.
El episodio más reciente ocurrió en horas de la tarde, cuando una pareja caminaba por una de las calles del sector. De forma repentina, dos hombres que empujaban un carrito de reciclaje se aproximaron y, sin mediar palabra, sacaron cuchillos para intimidarlos. El asalto duró apenas segundos, pero dejó a las víctimas en estado de shock mientras los delincuentes huían con sus pertenencias.
Testigos aseguran que estos falsos recicladores recorren las mismas calles varias veces, simulando buscar material reutilizable, pero en realidad observando y esperando el momento oportuno para atacar. “Uno los ve pasar y cree que están trabajando, pero en verdad están mirando quién está distraído”, comentó un residente que pidió mantener su identidad en reserva.
La Policía Metropolitana de Bogotá informó que se están revisando las cámaras de seguridad del sector para identificar a los responsables. Sin embargo, los vecinos insisten en que no basta con capturarlos después del hecho, sino que es necesario reforzar los patrullajes y la presencia de uniformados en las zonas más vulnerables.
Algunos habitantes han optado por implementar medidas de autoprotección, como evitar transitar solos en horarios de baja afluencia y mantenerse en comunicación constante a través de grupos de WhatsApp. “Si alguien ve algo extraño, lo reporta de inmediato. Entre todos tenemos que cuidarnos”, señaló una líder comunal que participa activamente en estas redes de seguridad ciudadana.
La situación también ha encendido las alarmas en otros sectores de la ciudad, donde este tipo de delitos disfrazados bajo trabajos informales han comenzado a registrarse. Organizaciones de recicladores formales temen que estas acciones criminales afecten su imagen y generen desconfianza hacia quienes realmente viven de esta labor.
Los recicladores legales han hecho un llamado a no generalizar. Aseguran que ellos portan chalecos, cuentan con identificación y siguen rutas establecidas, lo que los diferencia de quienes utilizan esta actividad como fachada para delinquir. “Nosotros trabajamos de manera honesta. No tenemos nada que ver con esos delincuentes”, afirmó un vocero del gremio.
Mientras avanza la investigación, en San Cayetano la sensación de inseguridad crece. Los vecinos coinciden en que caminar por las calles del barrio ya no se siente igual y que, hasta que haya acciones contundentes, la comunidad seguirá alerta y unida frente a este nuevo modus operandi.
