En medio de la difícil situación que vivieron comunidades de Santa Rosa del Sur y la zona rural de Montecristo, en el sur de Bolívar, la solidaridad llegó por vía fluvial y terrestre. Más de 1.300 mercados con alimentos no perecederos, junto con kits de calzado y medicamentos, fueron entregados por el gobierno a las familias que pasaron 18 días bajo un confinamiento forzado impuesto por el ELN. Durante este tiempo, el acceso a productos básicos se convirtió en un reto diario.

La Armada de Colombia lideró el operativo de cargue y transporte de las ayudas, enfrentando las dificultades propias de la zona. Gracias a esta acción, cientos de hogares pudieron abastecerse nuevamente. La falta de conectividad y las restricciones de movilidad habían dejado a estas poblaciones prácticamente incomunicadas, sin la posibilidad de adquirir lo necesario para su alimentación y cuidado personal.
Comunidades, empresas y gobierno se unen en un gran gesto humanitario
El apoyo llegó desde varios frentes. Tres toneladas de víveres fueron recolectadas en Montes de María, gracias a la solidaridad de comunidades vecinas. La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) se sumó con la entrega de 2.000 pares de zapatos, un gesto que va más allá de lo material, pues devuelve a muchos niños y adultos la posibilidad de caminar con seguridad y dignidad.
Por su parte, la Gobernación de Bolívar aportó kits de aseo, utensilios de cocina, medicamentos y otros productos de primera necesidad. Estos artículos, aunque sencillos, representan un alivio para familias que durante semanas tuvieron que racionar lo poco que tenían, priorizando la subsistencia en un contexto de incertidumbre.
El despliegue humanitario fue posible gracias a la coordinación entre las Fuerzas Militares, la Policía Nacional y las autoridades departamentales. Equipos humanos, transporte especializado y estrategias de seguridad se articularon para que las ayudas pudieran llegar sin contratiempos a las zonas más apartadas y vulnerables.
Solidaridad en tiempos de crisis
Más allá de la entrega de insumos, esta operación envió un mensaje claro: las comunidades del sur de Bolívar no están solas. El Gobierno nacional ratificó su compromiso interinstitucional para atender emergencias sociales y humanitarias, priorizando el bienestar y la seguridad de la población.
Este tipo de acciones demuestran que, ante la adversidad, la unión entre entidades del Estado, autoridades locales y organizaciones aliadas puede marcar la diferencia. La logística, el transporte y la voluntad de servicio se alinearon en una sola causa: tender la mano a quienes más lo necesitan en momentos críticos.
Aunque el confinamiento ya terminó, la situación en la región sigue siendo delicada. Las familias beneficiadas reconocen que la ayuda recibida es un respiro, pero insisten en que la verdadera solución pasa por garantizar condiciones de seguridad y estabilidad que les permitan retomar sus vidas con normalidad, sin el temor constante de quedar nuevamente atrapados por la violencia.