Emiliana Arango vivió una jornada complicada en su debut en el WTA 250 de Osaka. La colombiana llegó a Japón con ilusión y energía tras una buena gira asiática, pero en esta ocasión las cosas no salieron como esperaba. En su estreno se midió ante la neerlandesa Suzan Lamens, quien impuso su juego desde el primer punto y terminó llevándose la victoria en dos sets, dejando a la antioqueña sin posibilidad de reacción en un partido que se le fue de las manos rápidamente.
Desde los primeros intercambios, Arango se mostró incómoda en la cancha. Lamens aprovechó la falta de respuesta de su saque, una de sus principales armas, y tomó el control. El primer set fue un reflejo de las dificultades de la colombiana: cayó por 6-1 en apenas 35 minutos, con solo un 41 % de efectividad en los puntos ganados con su primer servicio. Cada intento por encontrar ritmo fue bien neutralizado por la neerlandesa, que se mantuvo firme en defensa y agresiva en los momentos clave.
Lamens Arrolla a Arango con un Sólido 6-2 y Avanza a la Ronda de Osaka.
En el segundo parcial, la historia no cambió demasiado. Lamens siguió con un juego sólido y sin fisuras, mientras que Arango no logró sostener su servicio ni encontrar respuestas ante la presión constante. El marcador de 6-2 selló un resultado contundente, con la colombiana sufriendo cuatro quiebres a lo largo del encuentro. Las estadísticas reflejaron la diferencia: Lamens ganó el 58 % de los puntos con su primer saque y un 76 % de los que jugó al resto, dominando de principio a fin. Con este triunfo, la neerlandesa avanzó a la siguiente ronda, donde la espera nada menos que Naomi Osaka, una de las grandes favoritas al título.
Para Emiliana Arango, esta derrota representa un tropiezo en medio de una temporada que ha tenido momentos de crecimiento y consolidación. A sus 23 años, la jugadora paisa continúa siendo una de las grandes promesas del tenis latinoamericano, y ya tiene la mirada puesta en su próximo desafío: el WTA 500 de Tokio. Allí buscará recuperar sensaciones, volver a su mejor nivel y demostrar que este traspié solo fue una pausa en su camino hacia la madurez competitiva que poco a poco viene construyendo en el circuito profesional.
