El Gobierno Nacional rechazó con firmeza el intento del ELN de intimidar al Estado colombiano mediante anuncios de una supuesta “justicia” y el uso de seres humanos como objeto de trueque. Voceros oficiales calificaron este acto como una afrenta contra la dignidad y los principios más básicos del país, al tiempo que reafirmaron que ninguna estructura ilegal puede pretender erigirse como autoridad. “El Estado no se negocia ni se arrodilla ante el chantaje”, fue la frase que marcó el tono de la declaración pública realizada desde Bogotá.
El ministro de Defensa Nacional, Pedro Sánchez Suárez, habló en nombre del Gobierno y aseguró que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional continuarán cumpliendo su misión constitucional de proteger la vida y la libertad de los colombianos. Además Sánchez fue enfático en señalar que el país no cederá ante la intimidación del grupo armado y que se mantendrán las operaciones legítimas para garantizar la seguridad en el territorio. “No habrá tregua frente a quienes atenten contra los derechos de nuestros ciudadanos”, afirmó el ministro, enviando un mensaje de respaldo a los uniformados que día a día arriesgan su vida en defensa de la nación.
El grito ético del Ministro Sánchez: «¿Qué hay de revolucionario en secuestrar?»
Los funcionarios secuestrados —Jesús Antonio Pacheco Oviedo y Rodrigo Antonio López Estrada, del CTI de la Fiscalía, y los policías Frankie Esley Hoyos Murcia y Yordin Fabián Pérez Mendoza— fueron privados de su libertad en hechos ocurridos en mayo y julio de este año en Arauca. Las recientes pruebas de supervivencia difundidas por el ELN reavivaron la preocupación de sus familias y del país entero. Sin embargo, el ministro Sánchez subrayó que el Gobierno no los ha olvidado, que sus familias están acompañadas y que se trabaja de manera discreta pero constante para lograr su retorno con vida.
En un mensaje cargado de humanidad y contundencia política, Sánchez expresó: “No entiendo qué hay de revolucionario en secuestrar, en llevar dolor a las familias de nuestros servidores públicos. No hay causa justa que se construya sobre el sufrimiento ajeno”. Con estas palabras, el ministro cerró su intervención apelando a la reflexión nacional y al compromiso de todos los colombianos con la paz. “A pesar del dolor y la incertidumbre, las familias de nuestros héroes no están solas —concluyó—. Todo el Estado está con ustedes, y no descansaremos hasta verlos libres y de regreso en casa”.








