En el futuro, el uso de las nuevas tecnologías será tan sencillo e intuitivo que los trabajos técnicos dejarán de ser pertinentes en el mundo laboral. El Foro Económico Mundial predice que para el 2025, más de la mitad de todas las tareas actuales en el lugar de trabajo serán realizadas por máquinas, en comparación con el 29% actual.
Por eso, en el futuro las habilidades que el ser humano ha de tener son de alta complejidad conceptual y emotiva, y han de integrar múltiples habilidades cognitivas para la solución de problemas según lo determinó el Mercer Technology Industry Analysis de 2018.
Esto quiere decir que un humano que quiera seguir siendo pertinente en el futuro debe saber explotar la creatividad, el pensamiento y la imaginación como formas que le permitan pensar con una perspectiva más amplia de las problemáticas sociales aprovechando las tecnologías a su favor. A partir de esta realidad, ha surgido el concepto de humanistas digitales como la nueva estirpe de personas que determinarán el futuro.
Más allá de tener a las humanidades como objeto de estudio, el humanista digital es alguien que pone en el centro de sus esfuerzos a las personas y a la sociedad global a la que pertenece. Este enfoque permite cuestionar y revaluar las maneras establecidas para tomar decisiones informadas, responsables y éticas sobre la forma en que una sociedad global se está construyendo a partir del uso responsable de la tecnología, potenciando la automatización para el beneficio de la humanidad.
Pensadores como Leonardo Da Vinci, Andrés Bello y más recientemente Steve jobs hayan demostrado cómo conjugar un pensamiento humanista con las herramientas tecnológicas, dan como resultado importantes avances en diferentes industrias y campos del conocimiento.
Espacios como el ‘Foro de humanismo digital’ que Areandina llevará a cabo en Bogotá el próximo 22 de octubre son una invitación a reconocer la importancia que las facultades inherentes en nuestra humanidad como la creatividad, la curiosidad y la empatía tienen en el mundo digital y cómo han de ser desarrolladas para que a futuro el avance humanidad tenga una ruta donde lo que prima sea la justicia, la igualdad social y la diversidad como los motores del progreso.
“Es necesario que como espacio de transformación social, además de formar a profesionales en diferentes áreas del conocimiento, las instituciones de educación superior lideremos discusiones sobre el tipo de profesional que debemos formar, fomentando siempre su pensamiento crítico y su creatividad para brindar soluciones a la sociedad, analizando datos y aprovechando el uso de la tecnología” enfatiza Martha Castellanos, Vicerrectora Académica Nacional de Areandina, cuando se le pregunta por la motivación que tuvo la institución para hacer el evento.
Después de todo, un enfoque humanista no solo permite navegar las aguas de un presente incierto sino que también es la forma de empezar a construir un futuro más próspero y justo en el que los humanos sean los encargados de dirigir su destino como especie y hacer de la tecnología una herramienta para estar a la altura de los grandes retos que afrontará el mundo.