Desde el pasado 26 de mayo, cerca de 500 migrantes venezolanos improvisaron un campamento con plásticos en el separador de la Autopista Norte que conecta las localidades de Suba y Usaquén, pues debido a la situación causada por el COVID-19 muchos de ellos perdieron sus trabajos.
Gracias a la ayudaba brindada por la Alcaldía de Bogotá en trabajo conjunto con el Gobierno Nacional, 113 migrantes venezolanos ya salieron en buses desde el Terminal para retornar a su país.
Se espera que en los próximos días, 140 migrantes también regresen a Venezuela. Mientras tanto, las autoridades brindan ayudas alimentarias y brigadas de salud a esta población, en la cual se encuentran adultos mayores, mujeres embarazadas y niños.
Estas son insuficientes, pues de acuerdo a las declaraciones de uno de los venezolanos, están en condiciones de sanidad deficientes pues no tienen baños y los niños tienen brotes en la piel, por el uso obligado del agua de una quebrada que pasa por el sector.
Las autoridades están coordinando el regreso de los migrantes, ya que debido a la falta de elementos de bioseguridad están más expuestos al contagio por Covid-19.
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