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Este lunes 27 de mayo, los estudiantes del sector Gavilanes en Bogotá dieron la bienvenida a una iniciativa que busca brindarles mayor seguridad en su trayecto hacia la escuela: el programa Senderos Seguros. Impulsado por la Fundación Fundeco, este primer sendero conecta el Colegio Gerardo Molina con el parque de la Virgen Bilbao.
El programa Senderos Seguros tiene como objetivo principal crear rutas seguras y amigables para los estudiantes, disminuyendo los riesgos a los que se enfrentan diariamente en su camino a la escuela, como robos, accidentes o acoso. Para ello, se implementan una serie de acciones que transforman el entorno y promueven la seguridad.
Entre las medidas adoptadas se encuentran la adecuación de la infraestructura de las vías, mejorando la iluminación, señalización y condiciones del pavimento. Asimismo, se promueve la presencia de la comunidad en las calles a través del acompañamiento de padres de familia, docentes y líderes comunitarios en horarios escolares.
Durante la inauguración del primer Sendero Seguro, se realizó un recorrido con la participación de estudiantes, profesores, representantes de la Fundación Fundeco y autoridades locales. La alegría y el entusiasmo fueron los protagonistas de la jornada, que marca un hito en la construcción de entornos más seguros para la niñez.
«Con esta iniciativa buscamos que los niños, niñas y adolescentes puedan ir y volver a sus colegios con tranquilidad, en un ambiente seguro y protegido”, afirmó uno de los representantes de la Fundación Fundeco. Además, resaltó la importancia de la participación de toda la comunidad en la construcción de la cultura de la seguridad y el autocuidado.
Se espera que el programa Senderos Seguros se extienda próximamente a otras instituciones educativas del sector Gavilanes y sirva como modelo para ser implementado en otras zonas de la ciudad. La meta es construir una red de rutas seguras que permitan a los estudiantes desplazarse sin temor y desarrollarse plenamente en su entorno.
La implementación de Senderos Seguros es un paso importante hacia la construcción de una ciudad más amigable con la infancia y la adolescencia, donde la seguridad sea un derecho garantizado para todos. La participación conjunta de la comunidad, las instituciones educativas y las organizaciones sociales es fundamental para el éxito de esta iniciativa y la construcción de un futuro más seguro para las nuevas generaciones.
