Eran las 3:40 de la tarde del pasado lunes 20 de septiembre y dentro de una casa de la calle 128 C con carrera 84 B barrio ciudad Hunza crecía la tensión entre el joven de 27 años y su acompañante. Fueron los disparos los que acabaron con la tranquilidad de toda la cuadra. Al retumbar los más de tres disparos, un vecino decidió avisar a las autoridades utilizando la línea de emergencias.
Los uniformados que adelantaban sus labores cerca del sitio llegaron a la vivienda rápidamente, tanto que el sujeto aún no había emprendido la fuga. “El tipo estaba rodeado por todos lados, la Policía ya estaba era esperando a que saliera y seguramente él pensó que se podía volar por una ventana, pero después del ‘tramacazo’ lo agarraron”, contó una vecina de la cuadra.
Como si se tratara de una película de acción, el sicario rompió una ventana del tercer piso, a donde había cometido el homicidio, y se lanzó a la calle, pensando que iba a caer de pie como los gatos. Increíblemente resultó ileso, pero uno de sus zapatos voló por los aires.
El coronel Miguel Ángel Camelo Sánchez contó que una vez las autoridades hicieron presencia, “se observa a un sujeto tratando de huir, a lo que inmediatamente se pide apoyo, se rodea este lugar y con otras unidades policiales se trata de acceder a esta vivienda”.
Mientras el bandido era capturado por el apoyo policial, unidades ingresaron a la vivienda solo para encontrar al muchacho tendido. Su vida ya la había apagado el recién capturado. A su lado quedó un arma de fuego, como si en aquel momento de muerte el joven hubiese tratado de defenderse, pero su verdugo fue mucho más ágil que él.
Fuente: Q’HUBO Bogotá