Atlético Bucaramanga vivió una noche difícil en el estadio Américo Montanini, donde cayó 1-0 frente al poderoso Atlético Mineiro por la Copa Sudamericana. El equipo dirigido por Leonel Álvarez salió decidido a hacerse fuerte en casa, generando opciones con un juego ofensivo liderado por Fabián Sambueza y Luciano Pons. Sin embargo, la defensa brasileña y la seguridad del arquero Everson evitaron que el gol local llegara.
En los primeros compases del encuentro, el cuadro bumangués logró inquietar el área rival con un par de aproximaciones que emocionaron a los hinchas presentes. Pese a su ímpetu, no fue suficiente para romper el cero en el marcador. Del otro lado, el conjunto brasileño parecía más interesado en cuidar su arco que en atacar con decisión.
El primer tiempo cerró con un empate sin goles que dejaba una sensación amarga para los locales. Mineiro, sin hacer demasiado, lograba sostener la igualdad, mientras Bucaramanga mostraba ganas, pero no contundencia. La esperanza renació al inicio del segundo tiempo con la expulsión del volante Alan Franco, quien vio la doble amarilla y dejó a su equipo con uno menos.
La superioridad numérica, sin embargo, no se tradujo en ventaja. Bucaramanga no logró capitalizar ese momento anímico ni táctico, y lo que vino después fue un verdadero baldado de agua fría. En el minuto 68, el árbitro sancionó un penalti a favor de Mineiro tras una falta discutida en el área. Hulk, figura del conjunto brasileño, ejecutó con categoría y venció a Aldair Quintana con un remate potente y colocado.
El Gol que Apagó la Chispa: Bucaramanga con Pie y Medio Afuera
A partir del gol, los auriverdes tomaron el control emocional del juego. Bucaramanga intentó reaccionar, pero el golpe del tanto recibido parecía haber apagado su chispa. La intensidad se diluyó y las llegadas escasearon, mientras los brasileños administraban la ventaja sin mayores sobresaltos.
El pitazo final selló una derrota que deja al conjunto colombiano con un panorama bastante complicado en la serie. Ahora, el reto es mayúsculo: deberán visitar Belo Horizonte y ganar por una diferencia de dos goles si quieren avanzar a los octavos de final. No será fácil, pero en el fútbol todo es posible.
Aunque el resultado no fue el esperado, el equipo aún tiene 90 minutos para pelear por su sueño continental. La clave estará en recuperar la confianza, mejorar la definición y buscar un partido perfecto en territorio brasileño. La ilusión no está perdida, pero el margen de error es nulo.
