En un operativo contundente, la Policía Nacional de Colombia asestó un duro golpe a la organización criminal Tren de Aragua con la captura de Salomón Fernández Torres, alias «Salomón», señalado como el máximo cabecilla de la banda en Bogotá y Soacha. Su detención se produjo en el municipio de Aguazul, departamento de Casanare, poniendo fin a una intensa búsqueda que se extendió por varias semanas.
Fernández Torres, quien había logrado evadir una redada masiva el pasado 30 de mayo en Bogotá donde fueron capturados 27 de sus presuntos cómplices, es acusado de liderar una amplia red criminal dedicada al narcotráfico, homicidio, extorsión, secuestro y desaparición forzada. Según las investigaciones, sus actividades delictivas le generaban ganancias mensuales que oscilaban entre los 477.200 y 715.800 dólares.
Las autoridades revelaron que «Salomón» ejercía el terror en Bogotá y Soacha, utilizando métodos violentos para amedrentar a sus víctimas. Se le acusa de ordenar ataques con armas de fuego y artefactos explosivos contra establecimientos comerciales e incluso atentar contra la vida de quienes se negaban a pagar las extorsiones. La policía le atribuye al menos cinco homicidios.
La captura de Fernández Torres representa un triunfo significativo en la lucha contra el crimen organizado en Colombia, ya que debilita la estructura del Tren de Aragua, una peligrosa banda criminal originaria de Venezuela que ha extendido sus tentáculos por varios países de Latinoamérica e incluso ha llegado a Estados Unidos.
El Tren de Aragua, nacido en el interior de una cárcel venezolana, se ha caracterizado por su brutalidad y su capacidad para infiltrarse en diferentes actividades ilícitas, convirtiéndose en una amenaza para la seguridad regional. Las autoridades colombianas han redoblado sus esfuerzos para combatir la expansión de esta organización criminal en su territorio.
Con la captura de «Salomón», la Policía Nacional de Colombia envía un mensaje contundente a las organizaciones criminales: no habrá impunidad y se trabajará sin descanso para desmantelar sus redes y llevar ante la justicia a sus responsables. Se espera que este duro golpe contribuya a mejorar la seguridad y la convivencia ciudadana en las zonas afectadas por el accionar delictivo del Tren de Aragua.