Las lluvias de esta tarde del martes, volvieron a poner en jaque a Bogotá, especialmente en las localidades del norte como Usaquén y Suba. Allí, sectores como Lisboa vivieron momentos de verdadero caos por cuenta de las inundaciones y el mal estado de la vía principal que conecta al barrio con la calle 80. La movilidad se volvió una pesadilla justo en plena hora pico, cuando cientos de vehículos intentaban ingresar o salir del sector sin éxito.
En un recorrido por la zona, vecinos nos contaron que esta situación se repite cada vez que llueve fuerte. Las motos se quedan atrapadas en los huecos, los carros apenas pueden avanzar y muchos terminan con daños en la suspensión. “Esto es un desastre, uno ya sabe que si llueve, se va a quedar acá metido”, nos dijo doña Esperanza, vecina del sector, mientras ayudaba a empujar una moto que no pudo pasar.
La comunidad asegura que la alcaldía no responde y que incluso han tenido que tapar huecos por su cuenta. “Mi hijo trajo arena y escombros para rellenar un poquito y que pasen los carros, pero esto no es sostenible”, contó don Álvaro, otro residente. Además, denuncian que la doble vía se convierte en un embudo cuando la lluvia empieza a caer, ya que las alcantarillas colapsan y el agua cubre casi todo el pavimento.
Durante nuestra visita, encontramos a operarios del acueducto haciendo labores de limpieza en la red pluvial. Según nos informaron, recogieron más de 5 metros cúbicos de residuos sólidos, una cifra que muestra el nivel de acumulación que se forma en esta zona. Aun así, los vecinos insisten en que esto no es suficiente. “Necesitamos intervención estructural, no pañitos de agua tibia”, señalaron.
El Instituto Distrital de Gestión del Riesgo reportó al menos 41 eventos relacionados con la lluvia en doce localidades. Caída de árboles, daños en acueducto y deslizamientos fueron algunos de los problemas más frecuentes. Mientras tanto, la Alcaldía confirmó el cierre de compuertas en los embalses del Sisga y Tomine, para evitar desbordamientos del río Bogotá por el aumento sostenido del caudal.
Finalmente, desde la CAR se hizo un llamado a los municipios ubicados en la Cuenca Baja del río para activar sus comités de gestión del riesgo. En paralelo, los vecinos de Lisboa advirtieron que, si no hay respuesta rápida, podrían organizar un bloqueo de la vía como medida de presión. “No queremos pelear, pero tampoco seguir en el abandono”, fue el mensaje que dejaron al cierre de nuestra visita.
