Ocho días después del ataque que conmocionó al país, las autoridades confirmaron la captura en Florencia, Caquetá, de una mujer presuntamente vinculada con el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.
La detenida, cuya identidad preliminarmente se ha señalado como Katerine Martínez, es señalada de haber sido la persona que entregó el arma utilizada por el menor de edad que disparó contra el político. Esta versión cobra fuerza gracias al testimonio de Carlos Eduardo Mora, quien ya fue judicializado y habría sido el encargado de transportar a los implicados días antes del atentado.
Según la declaración de Mora, una mujer conocida como «Gabriela», supuesta pareja de alias «El Costeño», entregó una pistola tipo Glock 9mm al menor que perpetró el ataque. «El chino se monta adelante, el Costeño y la china atrás. Ahí es cuando la muchacha saca el arma que la llevaba en la cintura, se la pasa al Costeño y este se la entrega al chino. La muchacha le dice que se quite la chaqueta y la gorra», relató Mora, detallando el momento clave previo al atentado.
Fuentes oficiales han confirmado que la mujer será trasladada de inmediato a Bogotá para que comparezca ante la justicia. La orden de captura fue emitida por el Juzgado 41 Penal de Bogotá, en el marco de la investigación que busca esclarecer los hechos y a todos los responsables de este atentado que puso en riesgo la vida del aspirante a la Presidencia.
Clamor ciudadano por justicia y recuperación
En paralelo a la labor judicial, miles de colombianos han mostrado su apoyo a Miguel Uribe con vigilias y altares improvisados frente a la clínica donde permanece hospitalizado. Políticos, ciudadanos y su familia han elevado oraciones por su recuperación. Incluso el presidente Gustavo Petro declaró que su estado de salud es “inexplicable desde el punto de vista científico”, dado que ya no debería estar con vida según los médicos.
El último parte médico indica una leve disminución en la presión intracraneal del senador, con signos de estabilidad cerebral. Su familia se aferra a la esperanza de que pronto despierte y pueda volver con sus hijos.
