En un predio ubicado en pleno páramo de Rabanal en la vereda Gachaneca del municipio de Lenguazaque, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR realizó un nuevo operativo de alto impacto con el apoyo de la Fuerza Pública, con el fin de comprobar y detener la explotación de carbón mineral subterránea, de forma mecanizada.
Técnicos de la Unidad Integrada de Gobernabilidad Ambiental – UIGA de la CAR, junto con integrantes del Grupo de Caballería Mediano No. 13 Tequendama, del Ejército Nacional efectivos de la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental de la Policía Nacional sorprendieron en situación de flagrancia el desarrollo de actividades de explotación y extracción de carbón, toda vez que al ingreso al lugar se observaron equipos como un malacate, ventilador y compresor que, aunque estaban apagados, tenían temperaturas elevadas que da cuenta de que esta maquinaria estaba en uso y energizada en los momentos previos al ingreso de las autoridades.
“Es importante dejar en claro que dentro de las zonas de páramo cualquier actividad está prohibida, de acuerdo con la normatividad vigente”, afirmó el director general de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros, quien explicó que, en el sitio se observaron dos tolvas de 20 y 40 toneladas de capacidad para el acopio del material extraído, así como dos patios de madera, un campamento, un tanque para almacenamiento de aire comprimido y evidencias de corte y adecuación reciente de madera utilizada para el sostenimiento.
El funcionario indicó que adicionalmente, durante la visita se documentó la generación de residuos peligrosos – RESPEL, almacenados en dos tambores metálicos de 55 galones utilizados para el almacenamiento de aceite usado, los cuales se encontraban dispuestos directamente sobre el suelo sin ningún tipo de protección y a la intemperie.
Y es que, según los hallazgos hechos por los técnicos de la UIGA durante el operativo, la disposición inadecuada de insumos y elementos químicos podría aumentar la afectación en la zona, pues se identificó un derrame de aceite usado proveniente de los contenedores el cual discurría por gravedad sobre el suelo, ya que al entrar en contacto con la lluvia produce una alteración de las propiedades físicas.
“El aceite usado vertido al suelo se infiltra primero por las capas superficiales del mismo y, con el tiempo por acción de la gravedad, se puede llegar a infiltrar en las capas más profundas e incluso podría llegar a afectar la calidad del agua subterránea. En consecuencia, la gestión inadecuada del aceite usado y/o materiales contaminados con éste, así como su disposición a cielo abierto, afecta considerablemente los recursos hídricos y del suelo”, explicó Ballesteros.
El balance de los daños ocasionados por el desarrollo de actividades mineras en zonas de páramo se extiende a otros recursos, como por ejemplo la flora, por la remoción de la cobertura vegetal, que en este caso se extiende a un área de aproximadamente 0,18 hectáreas, ubicadas en el interior del Páramo de Rabanal – Río Bogotá, siendo un ecosistema estratégico que proporciona hábitat para diversas especies.
En términos de fauna, cabe recordar que los ecosistemas de páramo son hábitat de múltiples especies que han desarrollado adaptaciones particulares para sobrevivir a las condiciones extremas propias de estos entornos, como las bajas temperaturas, la
radiación solar intensa y la limitada disponibilidad de oxígeno, siendo que una proporción significativa de estas especies es endémica, es decir, exclusiva de los páramos.
Y desde luego, la explotación de carbón mineral subterráneo ocasionó una alteración significativa en el recurso paisaje de páramo, especialmente por el marcado cambio cromático que produce sobre el entorno natural. Las zonas intervenidas presentan tonalidades oscuras y opacas, predominando los grises y negros característicos del material extraído y de los residuos del proceso minero, en contraste con los colores verdes y terrosos de las áreas aledañas no afectadas.
Por lo anterior, la Corporación impuso una medida preventiva justificada en el hecho de que la actividad fue sorprendida en flagrancia y además está prohibida en zona de páramo por su alto impacto sobre los recursos naturales. Por su parte, las autoridades del orden formalizaron la captura de tres personas que fueron trasladadas al municipio de Ubaté para su correspondiente judicialización ante la Fiscalía General.









