¿Y quién dijo que solo en Medellín se hace reguetón? Davigi, un artista emergente, más bogotano que el ajiaco, de 19 años y enamorado de la música desde siempre, decidió que “desde la Capital…” es posible crear este género por lo alto, con calidad musical y mensajes que pueden escuchar y cantar hasta los más pequeños.
Davigi es autodidacta, creador, productor y músico empírico. Le bastaron unas clases de guitarra a los 10 años, para tener las bases y arrancar a sacar melodías en piano, en guitarra, en ukelele, en chelo, y en cuanto instrumento musical le iban ofreciendo sus padres. Bastaron esa sensibilidad nata, un par de años en un colegio de bachillerato musical, y mucha lectura, para encontrar de repente que las composiciones y las notas surgían con facilidad.
ECQ, así se llamó la primera canción que salió en las plataformas Spotify y Youtube, en marzo pasado y hoy cuenta con más de 13 mil reproducciones. No hay chance, su segundo sencillo salió en septiembre y hoy tiene casi 2.500 reproducciones. TPK, es el nombre de su nueva canción, la tercera en su corta carrera que inició en este 2024, mientras terminaba su último año de colegio, y en solo15 días cuenta con más de mil reproducciones.
Un día del 2023, cursando grado 11 en el colegio Rochester de Bogotá, descubrió que quería hacer reguetón, aunque los solos en guitarra, piano y bajo habían insinuado que quizás el rock sería lo suyo. Por eso las vacaciones de mitad de año, fueron de encierro total dejando salir la musa de la inspiración hasta la madrugada. El paso siguiente fue decir “compuse cuatro canciones”. Escucharlas fue todo un motivo de orgullo para los más cercanos, y ahí nació el deseo de lanzarse con toda a hacer reguetón desde la capital, desafiando la creencia de que todos los caminos de este género conducen a Antioquia.
El 9 de junio de 2024, y sin proponérselo, Davigi cantó en el Prom del colegio, y sin soñarlo resultó siendo el telonero de la reconocida agrupación colombiana Golpe a Golpe. ECQ fue coreado al estilo concierto, por centenares de jóvenes y
alguno que otro padre de familia, enceguecidos de emoción y de orgullo, por un ese compañero y amigo que emergía en la música.
Su reguetón es libre de vulgaridades, palabras soeces o irrespetos a los seres humanos, sean hombres o mujeres. Su música habla de las relaciones libres de pareja, concebidas en este tiempo, con dudas, encanto, desencanto y el simple interés de pasarla bien.
“Bogotá da para todos y para todos, en esta ciudad caben los sueños de miles de personas que dejaron sus tierras para buscar oportunidades y las han encontrado. Por supuesto que el reguetón también tiene aquí una oportunidad y un motivo. Todos los días me motivo a hacer el mejor reguetón, a demostrar que este género vale la pena musical y socialmente, desde la capital y de la A hasta la Z”, dice el cantautor.
Apoyar a Davigi es apoyar la música hecha en Bogotá y, por supuesto, las letras que para ser famosas y pegajosas no necesitan incentivar antivalores. Su música simplemente es inspiración, es la vida vista desde esa maravillosa edad que combina lo que queda del adolescente con el adulto que sueña ser.