La avenida Suba, una de las más transitadas de la localidad, enfrenta un problema inesperado: el robo sistemático de cestas de basura. En un recorrido realizado por la emisora Suba Alternativa, se constató que más de la mitad de estos recipientes han desaparecido. De las 25 canecas instaladas, solo quedan 13, una situación que preocupa tanto a peatones como a comerciantes del sector.
La ausencia de las cestas ha traído consigo un incremento evidente en la acumulación de residuos en las calles. Sin un lugar adecuado para depositar la basura, muchos optan por dejarla en el suelo, generando desorden, malos olores y afectando la imagen del sector. “Es triste ver cómo la gente quiere hacer lo correcto, pero no hay dónde botar nada”, comenta doña Margarita, vendedora ambulante de la zona.
Vecinos y transeúntes coinciden en que la situación se ha salido de control. Algunos señalan que los hurtos ocurren de madrugada, cuando hay poca vigilancia. “Se las están llevando para venderlas como chatarra, eso ya lo sabemos todos. Lo peor es que no hay consecuencias para los que lo hacen”, afirma Julián, residente de un barrio cercano.
Además de afectar la limpieza del espacio público, el robo de las cestas también representa un retroceso en los esfuerzos por fomentar la cultura ciudadana en la localidad. Muchos recuerdan que estas canecas fueron instaladas tras insistentes solicitudes de la comunidad. “Luchamos años para que pusieran esas cestas y ahora las roban en cuestión de semanas”, dice indignado un líder barrial.
Algunos ciudadanos han sugerido soluciones como el uso de materiales menos atractivos para los ladrones o el refuerzo de las estructuras con anclajes más fuertes. También piden mayor patrullaje policial y la instalación de cámaras de vigilancia en puntos clave. “No se trata solo de reponerlas, sino de evitar que vuelva a pasar”, subraya una vecina del sector.
La comunidad de Suba hace un llamado urgente a las autoridades distritales y locales para que intervengan antes de que la situación empeore. Mientras tanto, las calles siguen acumulando residuos y la sensación de abandono crece entre quienes aún esperan respuestas. La falta de cestas ya no es solo un problema de limpieza, sino un reflejo más de la inseguridad urbana que golpea a diario a la localidad.
