La experiencia sobre el impacto que tendrá el Metro de Bogotá en la ciudad y que se viene socializando desde ya con los habitantes que serán vecinos de la obra está quedando plasmada en una hoja de ruta que servirá para la implementación de transportes similares en otros países.
Así lo reveló Soraya Azán, especialista del Banco de Desarrollo de América Latina, una de las más destacadas invitadas al Octavo Congreso de Transporte que se realizó en Corferias entre el 4 y el 6 de abril.
«El proceso que ha llevado el Metro de Bogotá tiene mucho valor, ya que puede ofrecer su experiencia al resto de ciudades. Bogotá tiene una legislación muy clara, tiene normativa y ha establecido un equipo técnico muy bueno que en el desarrollo de la infraestructura dedica un espacio muy bueno al desarrollo de la ciudad», afirmó.
Para la experta, los proyectos de metro son muy complejos y en el caso de Bogotá uno de los puntos a tener en cuenta será el tema inmobiliario, ya que además de ser el proyecto más importante de transporte, favorecerá este aspecto también.
«En la transformación urbana que hará la primera línea del Metro habrá impactos positivos y negativos, pero para ello trabajamos en un plan de mitigación que generará un resultado muy positivo, especialmente en los tiempos de recorrido, en el mejoramiento de la imagen de la ciudad y en la construcción de desarrollo urbanístico», sostuvo.
Por su parte, Onésimo Flores, Phd en planificación urbana y gerente de Conecta Cuatro de México, señala que para que la implementación de este tipo de transportes tenga una buena repercusión en las ciudades hay que incluir a los residentes de las áreas impactadas en el desarrollo de los planes.
«El transporte no se debe construir por construirlo, sino que esperamos que tenga un impacto. El impacto más inmediato tiene que ver con el suelo y ese impacto también está relacionado con las microdecisiones de cientos de personas dueñas de predios», finalizó.
Finalmente los expertos concluyeron que para la implementación de sistemas como el metro se debe tener en cuenta la infraestructura inmobiliaria de la ciudad y las necesidades de las comunidades impactadas.