En los alrededores de la iglesia católica, La Inmaculada Concepción de Suba, la comunidad religiosa ha levantado la voz ante el preocupante aumento del consumo de drogas entre los jóvenes que se congregan en el lugar. Durante las celebraciones de la Santa Misa, el olor a marihuana se vuelve insoportable, generando malestar y preocupación entre los feligreses que acuden a rendir culto.
Ante esta situación alarmante, los miembros de la iglesia han solicitado urgentemente la presencia de la policía en la zona para abordar el problema del consumo de drogas y garantizar un ambiente seguro y respetuoso durante las ceremonias religiosas. La presencia policial se vuelve indispensable para disuadir a los jóvenes que están involucrados en estas prácticas y proteger la integridad de los asistentes.
La comunidad religiosa se encuentra consternada por la presencia cada vez más evidente de drogas en las inmediaciones de la iglesia, un espacio que debería ser sagrado y libre de este tipo de actividades ilícitas. Los feligreses expresan su descontento y su deseo de que se tomen medidas concretas para abordar esta problemática que afecta la tranquilidad y el respeto hacia la institución religiosa.
La petición de los feligreses va más allá de la simple incomodidad causada por el olor a marihuana durante las celebraciones; es un llamado a la acción para proteger los valores y principios que representan la fe y la comunidad religiosa. La presencia de la policía se convierte en un elemento crucial para restaurar el orden y la armonía en el entorno de la iglesia y prevenir situaciones que pongan en riesgo la seguridad y el bienestar de todos los presentes.
Ante el creciente problema del consumo de drogas entre los jóvenes frente a la iglesia católica, es imperativo que las autoridades atiendan el llamado de la comunidad religiosa y refuercen la vigilancia en la zona. La protección de los valores religiosos y la seguridad de los feligreses deben ser prioritarias, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para mantener un ambiente digno y respetuoso en el lugar de culto.