La Liga BetPlay Dimayor no da tregua y la inestabilidad en los banquillos se ha convertido en la principal protagonista. Apenas nueve fechas transcurridas y la cifra de directores técnicos cesados ya asciende a siete, un récord preocupante que refleja la presión y la exigencia del fútbol colombiano.
El último en sumarse a la lista fue Gustavo Florentín, quien tras una breve y tormentosa etapa en el Atlético Bucaramanga, anunció su salida luego de la agónica derrota ante el Deportivo Pereira. El técnico paraguayo, que había llegado al club ‘Leopardo’ con el cartel de haber realizado una destacada campaña con el Deportivo Pasto, no logró replicar su éxito y dejó al equipo en el fondo de la tabla, con apenas una victoria en su haber.
«No fue la mejor gestión», reconocieron desde el club, que no dudó en prescindir de sus servicios ante la falta de resultados. Sin embargo, la salida de Florentín no significó el final de su aventura en Colombia. El técnico, que dejó una grata impresión en su paso por Pasto, no tardó en encontrar un nuevo destino: Águilas Doradas.
El equipo antioqueño, sumido en una profunda crisis de resultados y sin conocer la victoria en ocho jornadas, puso sus ojos en Florentín como el hombre capaz de enderezar el rumbo. Pedro Depablos, actual entrenador de Águilas, tiene sus horas contadas y se jugará su última carta en el clásico ante Envigado. Una derrota sellaría su salida y abriría las puertas a la llegada del paraguayo.
Según el periodista Mariano Olsen, Florentín ya tendría un principio de acuerdo con Águilas Doradas y su llegada se haría oficial tras la salida de Depablos. El contrato del paraguayo se extendería hasta diciembre de 2025, sujeto a la obtención de buenos resultados.
Sin embargo, la llegada de Florentín a Águilas Doradas no estará exenta de obstáculos. El técnico no podrá dirigir desde la raya en los primeros partidos, debido a una sanción derivada de su paso por Bucaramanga. Un inconveniente que no empaña la ilusión de un equipo que busca desesperadamente un revulsivo para salir del fondo de la tabla.
La inestabilidad en los banquillos de la Liga BetPlay no es un fenómeno aislado. La presión por los resultados, la exigencia de los directivos y la impaciencia de los hinchas han convertido a los entrenadores en fusibles de corta duración. Una situación que pone en evidencia la fragilidad del proyecto deportivo en muchos clubes y la necesidad de apostar por procesos a largo plazo.
Mientras tanto, Gustavo Florentín se prepara para un nuevo desafío en su carrera, con la misión de devolverle la sonrisa a una afición sedienta de triunfos. Águilas Doradas confía en su experiencia y capacidad para revertir la situación y volver a ser protagonista en el fútbol colombiano.
