En un esfuerzo por tenderle la mano a quienes más lo necesitan, el Gobierno Nacional inició una nueva fase de apoyo humanitario dirigida a comunidades rurales y ribereñas de diferentes regiones del país. Esta estrategia busca garantizar la seguridad alimentaria de familias que, por su ubicación geográfica y condiciones económicas, tienen dificultades para acceder a bienes básicos.

El programa, liderado por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), contempla la entrega de paquetes alimentarios y kits de ayuda a cerca de 122.000 familias. Estos apoyos incluyen alimentos no perecederos, elementos de aseo y otros insumos de primera necesidad, priorizando hogares campesinos, comunidades indígenas y población afrodescendiente que habita en zonas apartadas.
De acuerdo con información de la Presidencia, los departamentos con mayor cobertura serán los que enfrentan altos índices de pobreza y condiciones de vulnerabilidad por factores climáticos, como inundaciones o sequías. El Gobierno resaltó que, además de la entrega de ayudas, se busca fortalecer los lazos de confianza entre las instituciones y las comunidades.
El Estado Llega a Territorios Olvidados con Ayuda Humanitaria
Luis Fernando Velasco, director de la UNGRD, destacó que este tipo de iniciativas no solo alivian necesidades urgentes, sino que también permiten avanzar en la meta de llegar a territorios históricamente olvidados. “Queremos que estas familias sientan el respaldo del Estado y sepan que no están solas frente a la adversidad”, expresó durante el anuncio oficial.
En las próximas semanas, se desplegarán caravanas humanitarias que llegarán por vía terrestre y fluvial a las zonas de difícil acceso. Para garantizar que la ayuda llegue de forma transparente, se trabaja en coordinación con alcaldías, gobernaciones y líderes comunitarios, quienes acompañan y supervisan la distribución de los recursos.
Con esta nueva fase de apoyo humanitario, el Gobierno Nacional reafirma su compromiso de cerrar brechas sociales y mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables. La comunidad espera que estos esfuerzos se mantengan en el tiempo y se complementen con proyectos productivos que generen oportunidades sostenibles para las familias beneficiadas.