La Personería de Bogotá hizo un llamado al Gobierno nacional, para que tome medidas urgentes que permitan dar solución definitiva a la grave situación de salubridad que se presenta en el Complejo Penitenciario y Carcelario La Picota, la cual está afectando la salud y vida de los internos, visitantes, guardianes y personal administrativo.
En una visita del Ministerio Público Distrital y la Secretaría de Salud se encontraron problemas en las instalaciones sanitarias, manejo inadecuado de protocolos básicos de asepsia, inadecuada manipulación de alimentos, mala disposición de basuras, cableado eléctrico expuesto, inconvenientes en la tenencia de animales, malos olores y un gran deterioro físico en las estructuras 2 y 3. A las precarias condiciones hay que sumarle el hacinamiento, denunciado en reiteradas oportunidades.
Desde finales de noviembre se originó un brote por enfermedad diarreica aguda, el cual ha afectado a 197 personas con síntomas de malestar general, vómito, dolor abdominal, fiebre, inapetencia y deshidratación, hasta mediados del mes pasado. No obstante, las medidas de mitigación han sido insuficientes.
Se evidenciaron graves problemas de suministro de agua potable, baterías e instalaciones sanitarias deterioradas o inservibles, y no se ejecutan adecuadamente los protocolos de limpieza y desinfección.
Hay presencia de basuras, filtraciones de agua contaminada con excremento de ganado en tanques para el almacenamiento del vital líquido, hongos en paredes y techos, escape de lixiviados, entre otras anomalías que facilitan la incubación y propagación de enfermedades infectocontagiosas.
Además, el servicio de aseo se encuentra suspendido y el deterioro de la infraestructura física es evidente, al punto de que algunas podrían colapsar.
Tampoco hay suficiente personal médico, odontológico y de enfermería para atender a los internos, y no se cuenta con instrumentos y dotaciones necesarios e idóneos para el ejercicio de los procedimientos hospitalarios.
Se evidenciaron factores de riesgo contaminante en zonas de preparación y reparto de alimentos, lo que facilita el cultivo de bacterias y la proliferación de plagas. No hay una limpieza ni desinfección adecuada durante la manipulación de víveres, ni una inspección oportuna a la caducidad de los insumos para las raciones.
Así mismo, hay un riesgo latente de contaminación cruzada durante el desplazamiento de los alimentos hacia el cuarto de cocina, lo que puede originar una propagación de enfermedades a otras zonas del centro carcelario.
Ante la gravedad de los hechos, la Personería solicitó al Inpec, Uspec, Ministerios de Salud, Justicia e Interior, Procuraduría General de la Nación y Defensoría del Pueblo, que dentro de sus competencias tomen medidas urgentes destinadas a garantizar la protección y salvaguarda de los derechos fundamentales vulnerados, a fin de evitar una posible calamidad pública.