En un acto que ha dejado conmocionados a los feligreses, tres delincuentes robaron una consola de sonido y otros objetos de valor de una iglesia en el barrio Pasadena, Suba. Lo sorprendente es que los ladrones, después de asistir a la misa, aprovecharon un momento de descuido para cometer el robo. La inseguridad en Bogotá ha alcanzado incluso los lugares de culto, demostrando que ningún espacio está a salvo de la delincuencia.
El párroco de la iglesia, consternado por el incidente, reveló que los ladrones habían planeado el robo con antelación. “Participaron en la misa y, minutos después, desconectaron la consola de sonido y otros equipos antes de huir”, explicó el sacerdote. Las cámaras de seguridad del templo captaron a uno de los hombres arrodillándose frente a la imagen de la Virgen justo antes de perpetrar el robo, lo que añade un nivel de ironía y tristeza al evento.
Este no es un caso aislado para la parroquia, que ha sido víctima de robos en varias ocasiones en los últimos meses. “Es muy triste y frustrante ver que ni las iglesias están libres de la delincuencia. La soledad del lugar tras la misa facilitó el hurto”, lamentó el párroco. El robo de ayer se suma a una serie de incidentes que han dejado a la comunidad religiosa en un estado de desesperanza y desprotección.
La noticia del robo ha generado una oleada de indignación entre los feligreses y residentes del barrio Pasadena. “Pedimos a la Policía comunitaria que refuerce la vigilancia en nuestra área. La inseguridad está fuera de control y necesitamos medidas urgentes”, dijo un miembro de la comunidad. La preocupación es palpable, y los vecinos claman por una respuesta más efectiva ante la creciente ola de delincuencia en la zona.
La Policía de Suba ya ha comenzado a investigar el caso y está revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad en un esfuerzo por identificar y capturar a los responsables. Aunque se han hecho esfuerzos para abordar la inseguridad, la comunidad sigue esperando una presencia policial más constante y efectiva para evitar que estos incidentes se repitan.
Mientras tanto, los habitantes de Pasadena continúan viviendo bajo la sombra de la inseguridad. El robo en la iglesia ha puesto en evidencia la necesidad urgente de mejorar la seguridad en la zona y proteger a las instituciones y ciudadanos de la creciente amenaza del crimen. La comunidad mantiene la esperanza de que se tomen medidas concretas para devolverles la tranquilidad y seguridad que se ha visto comprometida.
