Con la alegría que produce el día más especial del año, los ciudadanos habitantes de calle que están en procesos de resocialización en las diferentes unidades operativas de la Secretaría de Integración Social, se dieron cita en la Comunidad de Vida Hogar El Camino para dar inicio a las primeras Olimpiadas por la Vida 2021.
Son más de 160 hombres y mujeres dispuestos a reintegrarse a la sociedad que tendrán mes y medio de intensa actividad deportiva, con competencias de fútbol, microfútbol, baloncesto, voleibol, ajedrez y juegos tradicionales como trompo y rana.
Al calor de las primeras competencias se conocen algunas historias de vida de quienes acuden a los centros de Integración Social, buscando ayuda para salir de las calles. Uno de ellos es Hernán Córdoba, hace muchos meses atrás el frío del pavimento de las vías bogotanas lo vieron deambular muchas veces anestesiado por el consumo de sustancias psicoactivas, tras una recaída en medio de largos años de lucha para dejar su adicción.
“Quise en algún momento morirme, yo me acostaba y le pedía a Dios que me llevara con él”, recuerda contando sobre aquellos días aciagos; amanecía en cualquier parte de Plaza España o los barrios La Favorita o Santa Fe. La noticia del fallecimiento de su madre lo empujó nuevamente a la adicción, terminó reciclando por la zona del Quiroga y el Restrepo, desde allí cada cierto periodo se iba en compañía del bazuco y el alcohol por algún recoveco del centro de la ciudad para despertar al día siguiente en cualquier vía pública, muchas veces sin darse cuenta que estaba totalmente empapado por la lluvia de la noche.
En medio de la desesperanza decidió tocar las puertas de la ‘Comunidad de Vida Hogar El Camino’ de la Secretaría de Integración Social. “Aquí me enseñaron a subir mi autoestima, a aceptar la realidad y a valorarnos como personas”, dice Hernán para referirse a la forma como los profesionales de la entidad le están ayudando a superar su problema.
A sus 41 años y gracias al avance en su proceso terapéutico ha logrado retomar su propia confianza para verse en unos años superando definitivamente su adicción, reconstruyendo su vida y recuperando parte de su familia. No le gustaría volver a habitar las calles, “a mí me dio duro porque hay mucha gente que lo desprecia, no se duerme tranquilo porque se moja o tiene frío o porque cualquier persona puede llegar a matarlo”, reflexiona antes de integrarse nuevamente con sus compañeros de travesía.
“Hoy la calle es un sitio muy violento que está recogiendo lo que pasa en el país”, afirma Daniel Mora, subdirector para la Adultez de Integración Social, Precisamente el peligro de vivir al borde de la zozobra ha motivado este mensaje de alerta dirigido a participantes de este evento. “El mensaje es llegar a acuerdos y estar tranquilos, por eso vamos a premiar a las delegaciones que trabajen en equipo”, explica el funcionario de Integración Social.
Como parte de las políticas de enfoque diferencial las delegaciones femeninas se hicieron notar en este comienzo de las Olimpiadas por la Vida. Para Paula Londoño, quien llegó recientemente a uno de los programas de la institución, destinados a esta población es tener la oportunidad de contar con un espacio de integración y recreación que complementa las terapias.
Llegó al Centro de Desarrollo y Habilidades para Mujeres Habitantes de Calle del barrio Villa Javier por una decepción amorosa que la consumió en una profunda depresión, sin trabajo y sin ingresos dormía en las calles cerca a los CAI de policía hasta su ingreso a la institución.
Esta mujer que desde los 9 años comenzó el consumo de drogas perdió contacto con su familia desde hace más de 20 años, hoy, enfocada en una terapia de recuperación que combina con su nuevo trabajo ha logrado visualizar su proyecto de vida gracias a los servicios que recibe de la Secretaría de Integración Social.