TransMilenio sigue trabajando en la renovación de la flota con ánimo de seguir mejorando el servicio y cuidar el ambiente. Por ello, por la ciudad ya ruedan 350 buses eléctricos, 737 con tecnología Gas Euro VI y 71 con tecnología Diésel Euro VI en el componente zonal; paralelamente, los concesionarios han ido adelantando el proceso de desintegración de los buses que salieron de operación.
Es por eso, que desde el pasado 6 de marzo prestan servicio 91 buses eléctricos (cero emisiones) en la localidad de Suba y ahora, a partir de este 17 de marzo se iniciará la chatarrización de los últimos 60 buses alimentadores de la fase II del Sistema. De esta fase, 564 buses han salido de operación de forma gradual desde junio de 2012 y la mayor parte fueron desintegrados al cumplir su vida útil, las condiciones técnico – mecánicas y las condiciones legales exigidas por DIJIN.
“Con esta etapa se acaba el proceso de desintegración de los vehículos alimentadores que venían de la Fase II de TransMilenio, pero los procesos de chatarrización seguirán a medida que los buses cumplan su vida útil en la operación. TransMilenio avanza en su proceso de transformación para brindar cada día un mejor servicio para nuestros usuarios. A la fecha cerca del 31% del parque automotor de todo el Sistema corresponde a flota nueva, entre la renovación Troncal y la flota adicional que ha ingresado al Zonal, y seguimos vinculando tecnologías de cero emisiones y amigables con el ambiente. Convertimos a Bogotá en la segunda ciudad, después de varias de China, en la que tiene la mayor flota eléctrica del mundo», manifestó Felipe Ramírez gerente general de TRANSMILENIO S.A.
Esta flota de buses viejos son del concesionario AlCapital, que desde el 2006 movilizó alrededor de 110.000 pasajeros diarios de la localidad de Suba y estuvo al servicio de la comunidad con el 100% de su flota por 15 años, específicamente con 65 buses Diésel y uno a Gas.
“Durante 15 años recorrimos 48 millones de kilómetros, donde cada bus recorrió 740 mil kilómetros en promedio, hicimos 468 millones de viajes en la localidad de Suba, empleamos a 1.028 personas y operamos 5.427 días. Hoy al finalizar la concesión terminamos cumpliendo nuestra visión, siendo los mejores operadores del Sistema.”, afirmó el gerente de AlCapital, Eduardo González.
Los 60 vehículos, serán desintegrados en la planta de Gerdau DIACO, productora de acero que, cumpliendo con todos los protocolos ambientales, transforma anualmente más de 350 mil toneladas de chatarra ferrosa y promueve la economía circular. Su trabajo consiste en retirar los residuos no ferrosos de los buses, los clasifica y entrega a otras empresas que les dan nuevos usos, evitando que lleguen así a rellenos sanitarios. Por ejemplo, los plásticos se muelen y se reincorporan a una variedad de procesos productivos y las llantas se entregan a empresas que convierten el material granular en asfaltos y en la fabricación de canchas sintéticas.
“La desintegración vehicular es uno de los canales a través de los cuales obtenemos los insumos metálicos que reciclamos, y para nosotros es un honor poder trabajar con aliados como la Secretaría de Movilidad del Distrito, TransMilenio y Alcapital para, por un lado, seguir cumpliendo nuestro propósito, y al mismo tiempo contribuir al proceso de renovación del parque automotor de transporte público de pasajeros de Bogotá. Estamos seguros de que sumando transformamos, con la fuerte convicción de aportar al desarrollo sostenible de nuestra ciudad y nuestro país”, expresó el director de Operaciones de Gerdau DIACO, Luis Güereca.
Cabe destacar que adicional a este proceso de chatarrización de la flota alimentadora de la fase II de TransMilenio, la Administración Distrital espera seguir desintegrando los vehículos remanentes del SITP Provisional en el transcurso del año 2021. Desde el inicio de operación del esquema provisional en noviembre de 2009 y hasta febrero de 2021 se han chatarrizado 9.426 vehículos.
Abecé
- ¿Qué es la chatarrización o desintegración de buses?
El proceso de chatarrización se trata de la desintegración física total del vehículo hasta convertido en residuos.
- ¿Por qué se desintegran?
En primer lugar, para el ente gestor, el proceso de desintegración garantiza que los vehículos no vuelvan a ser usados en ninguna parte del país, evitando que estos emitan material particulado. En el caso de los 60 buses a chatarrizar se evita entre 0.5 y 0.6 toneladas por año.
En segundo lugar, se generan otros beneficios asociados al cuidado del ambiente porque el proceso de chatarrización se asemeja a un proceso de reciclaje, es decir, se transforman los materiales del bus en nuevas materias primas para otros sectores.
3. ¿En qué casos los vehículos deben ser desintegrados?
Para la desintegración de vehículos se contemplan las siguientes situaciones: 1) Por condiciones mecánicas. 2) Por accidentes. 3) Por decisión judicial o administrativa. 4) Por cumplimiento de la vida útil del vehículo.
Y, las condiciones para ser desintegrados principalmente son: el cumplimiento de vida útil, las condiciones técnico-mecánicas y los parámetros legales exigibles por DIJIN.
4. ¿Por qué se decide desintegrarlos y no venderlos o usarlos de otra manera?
Se desintegran porque han cumplido su vida útil y función en el Sistema; porque han disminuido las condiciones de seguridad y/o por renovación de flota como mejora de política ambiental. Mientras que su uso o venta a otros actores genera un alto costo de mantenimiento y no tienen las capacidades óptimas de funcionalidad.
5. ¿Cómo es la logística para realizar estos procedimientos y cuál es el costo?
El proceso de chatarrización está regulado desde las autoridades de tránsito y transporte, donde los propietarios y/o concesionarios deben adelantar los trámites pertinentes, cumpliendo con los requisitos para tal fin; entre los procesos a adelantar para realizar la chatarrización se encuentran: presentación a la DIJIN, desintegración física y cancelación de matrícula.
Los costos son asumidos por el propietario y/o concesionario, aunque estos costos no son mayores entendiendo que la desintegradora también remunera económicamente el vehículo, casi que los costos en que se incurren y los pagos realizados por la desintegradora son cero ($0).
6. ¿Cada cuánto se chatarrizan los buses en TransMilenio?
En TransMilenio, cuando se trata de buses del componente zonal o alimentación, se realiza la chatarrización cada 12 años prorrogables hasta 14 años si es de flota usada, o prorrogable hasta 15 años si es flota nueva que se vinculó durante la ejecución contractual del SITP; y 15 años de vida útil para los vehículos de nuevas tecnologías. En el caso del troncal, está sujeto a la duración de los contratos.
7. ¿Los buses que no se chatarrizan y salen de circulación en Bogotá pueden operar en otras ciudades?
Sí se pueden usar en otras ciudades, pero esto tiene una condición: que el vehículo no haya cumplido la vida útil que establece la normatividad nacional para el transporte público colectivo, la cual es 20 años. Adicionalmente, deben tener la aprobación de la autoridad de transporte del municipio que recibe el vehículo. Esto se hace con vehículos que todavía tienen un tiempo de vida útil razonable.
8. ¿Es obligatorio que los vehículos sean chatarrizados una vez salen de circulación?
No hay una norma que obligue la chatarrización de los vehículos, pero no chatarrizar implica que sigan generándose los gastos relacionados con impuestos y seguro, por lo que se asume que es un costo mayor mantenerlos sin poder trabajarlos.
Fuente: Transmilenio