Un verdadero caos se vive a diario en la intersección de la transversal 127 con la calle 132D, en la localidad de Suba. Vecinos y conductores denuncian que varios vehículos se estacionan en lugares prohibidos, bloqueando por completo el paso del transporte público y generando trancones que parecen no tener fin.
“Esto es todos los días, a toda hora. Uno sale a trabajar y se encuentra con buses atrapados, carros pitando, y nadie hace nada”, cuenta Andrea, una residente del sector. La situación ha empeorado en los últimos meses y, aunque se han hecho denuncias, las autoridades brillan por su ausencia.
Los conductores de buses y colectivos aseguran que deben hacer maniobras peligrosas para poder avanzar, mientras los pasajeros se desesperan. “A veces nos toca bajarnos del bus y caminar, porque no se puede pasar”, dice Julián, un usuario frecuente de la ruta que atraviesa este punto.
Además del estrés que genera el trancón, la comunidad está preocupada por el riesgo de accidentes. En horas pico, hay personas que cruzan entre los carros detenidos, mientras motos intentan avanzar por cualquier espacio disponible. “Esto es una bomba de tiempo”, advierte don Raúl, comerciante del sector.
Los vecinos piden la intervención inmediata de la Secretaría de Movilidad y de la Policía de Tránsito para que se impongan comparendos y se retiren los vehículos mal parqueados. Aseguran que con una simple vigilancia constante se podría mejorar la movilidad y devolver la tranquilidad al cruce.
Por ahora, la zona sigue siendo un punto crítico para quienes transitan por allí. Los habitantes de Suba sienten que el problema ha sido ignorado y esperan que, esta vez, las denuncias sirvan para que las autoridades tomen cartas en el asunto antes de que ocurra una tragedia.
