Una de las preguntas más frecuentes para el Instituto de Desarrollo Urbano –IDU– es ¿por qué se intervienen vías que a simple vista están en buen estado?, la respuesta es que siempre va a ser más económico hacer mantenimiento rutinario, por ejemplo, cerrar las fisuras para evitar que pase agua, de tal manera, se mantiene por más tiempo el buen estado del pavimento. El fin es prolongar la vida útil de los pavimentos.
Con relación a la priorización de los componentes del espacio público, como las ciclorrutas y andenes, existe un modelo para
definir su intervención, a través del cual se hace un pre-diagnóstico, que los contratistas a cargo de su intervención validan antes de iniciar con los trabajos ante el IDU.
Una vez se valida el diagnóstico, si se identifica que es necesaria una intervención más profunda, se acude a la metodología de diseño de intervención, que efectúa mejoras.
El mantenimiento rutinario incluye desyerbar, revisar la condición de mobiliario urbano, etc. Todas las intervenciones en el espacio público son superficiales, es decir, no incluyen el análisis de las redes de acueducto y alcantarillado, y se hacen para mejorar las condiciones de servicio de puentes peatonales y ciclorrutas.
Cuando se encuentra en el diagnóstico que no existen las condiciones de accesibilidad reglamentadas en los espacios públicos, se
hacen adecuaciones a las zonas de espacio público y a las ciclorrutas. Todos los contratos de la entidad deben regirse por la norma de accesibilidad.
En cuanto a los pavimentos, están diseñados para durar. Si bien existe la creencia de que el pavimento en concreto dura más que el
pavimento flexible, esto no es cierto. El pavimento en concreto tiene unos gastos de mantenimiento menos onerosos, pero también puede ocurrir que las reparaciones sean más elevadas por su rigidez. Ambos pavimentos son igual de competitivos. Su duración depende de que se les pueda hacer mantenimiento a tiempo y con la calidad requerida.
Actualmente, el IDU tiene 42 contratos de conservación en ejecución (21 de obra y 21 de interventoría) para atención de la malla vial troncal, arterial, rural e intermedia que soporta rutas del SITP, espacio público, ciclorrutas, puentes peatonales y puentes vehiculares, por un valor aproximado de $795.000 millones, que cuentan con recursos de las vigencias 2021, 2022 y vigencia futura 2023.
Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá