Vecinos de La Toscana, en la localidad de Suba, están al borde de la paciencia por el grave deterioro del par vial que conecta este sector con Lisboa y la calle 80. Más de 50 huecos se extienden a lo largo de esta ruta esencial, generando congestión, demoras en el tráfico y daños constantes en los vehículos. La comunidad pide con urgencia la intervención del IDU, la Alcaldía Local y la Unidad de Mantenimiento Vial.
Este corredor vial inicia en la intersección de la calle 127 con carrera 139, recorriendo barrios como Berlín, San Pedro de Tibabuyes y Santa Cecilia, hasta desembocar en la calle 80. Los vecinos aseguran que cada mañana se enfrentan a un “campo minado”, que no solo retrasa la movilidad, sino que pone en riesgo la seguridad de quienes transitan por allí.
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“La situación es insostenible. Es una vía por donde pasa todo el transporte del sector, y los huecos hacen que todos lleguemos tarde al trabajo, al colegio, a las citas médicas. Es un caos total”, asegura don Hernando, habitante de Santa Cecilia. Los conductores deben hacer maniobras arriesgadas para esquivar los baches, lo que incrementa las posibilidades de accidentes.
Los puntos más críticos, según denuncian los vecinos, se ubican en la calle 156, donde actualmente se encuentra uno de los huecos más grandes, y en la calle 132, cerca de los semáforos del sector La Toscana. “Ya ni los taxis quieren entrar por acá”, dice doña Marleny, mientras señala cómo su calle parece más una trocha que una vía urbana.
A pesar de las reiteradas solicitudes, la comunidad denuncia la falta de atención por parte de las autoridades. Aseguran que desde hace meses vienen reportando la situación, sin que haya respuestas concretas. “Esto no se resuelve con pañitos de agua tibia. Necesitamos una intervención estructural, no solo una capa de asfalto que se levanta con la primera lluvia”, agregan.
Desde esta red comunitaria, el llamado es claro y urgente: al IDU, la Alcaldía Local de Suba y la UMV, por favor escuchen a la comunidad y den pronta solución a esta problemática. La movilidad, la seguridad y la calidad de vida de cientos de familias dependen de una respuesta rápida y efectiva.
