En el barrio Ciudad Jardín Norte, en Suba, los residentes viven en constante zozobra debido a la presencia recurrente de motoladrones armados que los acechan. Estos delincuentes han perpetrado múltiples robos, lo que ha generado un clima de inseguridad generalizado en la comunidad. Los vecinos reportan que los criminales parecen operar con impunidad, moviéndose libremente por las calles del barrio y afectando la tranquilidad de los habitantes.
Según testimonios de los afectados, los motoladrones actúan con rapidez y violencia, aprovechando momentos de descuido para cometer sus fechorías. Señalan que los delincuentes suelen intimidar a sus víctimas con armas de fuego, exigiendo la entrega de objetos de valor y dinero en efectivo. La situación se ha vuelto tan alarmante que muchos residentes evitan salir de sus hogares durante ciertas horas del día por temor a ser víctimas de un asalto.
Las autoridades locales han sido alertadas repetidamente sobre esta problemática, pero los habitantes de Ciudad Jardín Norte expresan su frustración ante la falta de respuesta efectiva. Piden a la policía y a las autoridades pertinentes que refuercen la vigilancia y realicen operativos más frecuentes en la zona para capturar a los responsables. Además, solicitan medidas preventivas que ayuden a disminuir la incidencia de estos delitos y a proteger la integridad de los residentes.
Ante la escalada de robos y la sensación de inseguridad creciente, la comunidad se organiza para implementar estrategias de autodefensa y vigilancia colaborativa. Vecinos han formado grupos de WhatsApp y patrullajes comunitarios para mantenerse alerta y compartir información sobre movimientos sospechosos. Esta respuesta ciudadana busca llenar el vacío dejado por las autoridades y protegerse mutuamente ante la amenaza constante de los motoladrones.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad por protegerse, el miedo y la incertidumbre persisten en Ciudad Jardín Norte. Los residentes esperan que las autoridades tomen medidas contundentes para desmantelar las bandas de motoladrones y devolver la paz y la seguridad a su barrio. Mientras tanto, permanecen en alerta máxima y se organizan para enfrentar esta situación que afecta profundamente su calidad de vida y bienestar.
