La socialización que recientemente hizo Colpensiones con empresarios representativos de sectores de la producción sobre las bondades de una pensión aún en una actividad informal, ha tenido una favorable respuesta justamente en sectores que reúnen a personas como vendedores informales, personal de aseo, meseros y personas que trabajan en restaurantes, mecánicos y todos quienes se mueven y laboran en el ámbito automotriz.
Sin embargo, llama la atención que algunas empresas por convicción y por esa constante búsqueda de mejores condiciones de vida para sus trabajadores, ya lo venía haciendo, venían incentivando a su personal para que se afiliara a una caja de compensación de la misma forma que a través de la nómina paga pensión, salud o administradora de riesgos laborales, ARL.
Ese es el caso de Decorautos del Norte, una empresa que partiendo de la tapicería fina para vehículos ha extendido su visión de trabajo en la industria automotriz y la ha hecho cada día más eficaz e innovadora, pero sobre todo, amigable con el ambiente.
Alma y nervio de la empresa es José Ballesteros, un hombre humilde, de provincia, pero con visión de gigante en esta industria quien ha posicionado muy alto su nombre y su trabajo en el gremio de forma que ahora ocupa una posición muy destacada que ya quisieran muchos.
Esa visión de crecimiento sólido y liderazgo en el gremio, hoy la consolidan sus hijas quienes la han posicionado aún más no solo en el ámbito profesional, sino además en el ámbito social.
Vanessa Ballesteros una de las hijas de José es además de ingeniera industrial de la Universidad Javeriana, la gerente administrativa de la empresa y es quien ha fortalecido esa tarea social para que los empleados de la empresa se formalicen en su seguridad social no como una exigencia para trabajar con Decorautos sino, como una necesidad como persona.
“Es un legado de nuestros padres velar por los beneficios del recurso humano más que las máquinas, más que los materias primas, más que la infraestructura; el recurso humano es el más valioso”, dice Vanessa con seguridad.
Agrega que en este oficio hay muchos accidentes laborales diarios, por eso los empleados tienen al día su ARL, están afiliados a caja de compensación y eso les ha permitido a cuatro de ellos tener hoy vivienda propia.
Dice Vanessa que hoy han logrado “cambiarle el chip” a sus 35 empleados y por lo menos a seis de sus contratistas para que de esta forma, tanto ellos como la empresa ganen porque en caso de un accidente laboral o una incapacidad mientras ellos se recuperan la EPS y la ARL, responden.
Redacción: Germán René Jiménez-Emisora Suba Alternativa