Paro de camioneros dejó a Suba sin transporte: Más de 35 barrios afectados y largas caminatas para los residentes

Paro de camioneros dejó a Suba sin transporte: Más de 35 barrios afectados y largas caminatas para los residentes

Ayer, la localidad de Suba vivió una jornada caótica debido al paro de camioneros, que dejó a más de 35 barrios sin rutas del SITP y obligó a miles de residentes a recorrer largas distancias a pie para llegar a sus destinos. La falta de transporte público generó una situación de desesperación y frustración entre la comunidad, que desde tempranas horas tuvo que enfrentar un día especialmente difícil.

En barrios como Bilbao y Gaitana, la situación fue crítica. Desde las 6:30 de la mañana, las calles se llenaron de personas caminando, muchas de ellas con citas médicas o compromisos ineludibles en otras partes de Bogotá. “Normalmente salgo a las 5:30 de la mañana, pero ayer tuve que caminar casi dos horas para no perder mi cita médica”, comentó Rosa, una residente del sector que, como muchos otros, se vio obligada a hacer su trayecto a pie.

El impacto no solo afectó a los adultos; personas mayores y padres con niños pequeños también sufrieron las consecuencias del paro. “No conseguí ningún transporte y tuve que cargar a mi bebé en brazos por más de una hora”, relató María, una madre que intentaba llegar al centro comercial al Paso. Las dificultades para moverse por la localidad dejaron en evidencia la vulnerabilidad de los habitantes ante la falta de alternativas de transporte.

Las principales vías de Suba, como la Avenida Ciudad de Cali con Avenida Suba, estuvieron bloqueadas durante varias horas por transportadores que se unieron a la manifestación. Aunque algunos se retiraron, otros regresaron, prolongando la situación y dificultando aún más la movilidad. Para quienes dependen del transporte público, la mañana se convirtió en una odisea de desvíos y caminatas interminables.

A lo largo del día, las historias de los afectados fueron similares: largas caminatas, retrasos y la incertidumbre de no saber cuándo podrían llegar a sus destinos. “Ayer no fue solo el paro de camioneros, fue el impacto directo en nuestras vidas. Estuvimos atrapados entre la falta de transporte y la necesidad de cumplir con nuestras responsabilidades”, expresó Juan, un residente que tuvo que llevar a un familiar en silla de ruedas por varias cuadras.

El paro de camioneros dejó a la comunidad de Suba en una situación de extrema dificultad, y aunque hoy la situación podría mejorar, el recuerdo de lo vivido ayer sigue fresco en la memoria de los afectados. La falta de transporte sigue siendo un problema urgente que necesita ser atendido, especialmente para las familias más vulnerables que dependen del servicio público para su día a día.

En un reciente debate sobre el uso del espacio público en Bogotá, el asesor jurídico de Suba Alternativa destacó la complejidad del problema de la ocupación del espacio público. Aunque muchos parques han sido recuperados, aún persisten desafíos significativos. En localidades como Suba, la ocupación ilegal de andenes por basuras y vendedores informales está causando problemas tanto en la movilidad peatonal como en el tráfico urbano. Esta situación resalta la necesidad urgente de abordar cómo se regula el uso del espacio público. La ley colombiana prohíbe explícitamente la ocupación del espacio público para actividades comerciales privadas. Esta normativa permite a la Policía Nacional incautar equipos y vehículos utilizados por los vendedores informales. Sin embargo, el vacío regulatorio persiste, especialmente en comparación con otros países como Estados Unidos, donde se otorgan licencias para la venta ambulante bajo estrictas regulaciones para proteger la salud pública y garantizar el orden. El asesor jurídico también abordó los riesgos asociados con la venta informal en la vía pública. Las prácticas de venta en espacios no regulados pueden comprometer la salubridad debido a la preparación de alimentos sin los estándares de higiene adecuados. Además, el uso de materiales peligrosos como gas y gasolina para cocinar en la vía pública incrementa el riesgo de accidentes. Por estas razones, la regulación y no la prohibición total es vista como una solución más viable. La controversia se agudiza cuando se considera la dificultad que enfrentan los vendedores informales para encontrar espacios comerciales adecuados. Según el asesor, muchas veces los espacios ofrecidos por las autoridades no son viables para el comercio debido a su falta de visibilidad y flujo de peatones. Esto impulsa a los vendedores a regresar a las calles principales, perpetuando el ciclo de ocupación ilegal del espacio público. Una posible solución propuesta es la integración de los vendedores informales en áreas comerciales específicas, como las estaciones de metro o Transmilenio, donde el flujo de personas puede garantizar una mayor visibilidad y viabilidad económica. Esta estrategia permitiría regular la ocupación del espacio público de manera que se beneficie tanto a los vendedores como a los consumidores, creando un entorno más ordenado y seguro. Finalmente, el asesor hizo un llamado a abordar el problema desde una perspectiva más amplia, considerando la generación de oportunidades económicas formales y la creación de políticas que integren a los vendedores informales de manera efectiva. Reconoció que la migración y la falta de oportunidades económicas son factores clave en la proliferación de la venta informal, y que es esencial desarrollar soluciones integrales para lograr un equilibrio entre la regulación del espacio público y la necesidad de ingresos para muchos ciudadanos.
By Yenifer Ardila

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