En una alocución televisada que se extendió por más de una hora, el presidente Gustavo Petro respondió a las críticas sobre el estado de la seguridad en Colombia. Allí negó rotundamente que el país se encuentre en un «colapso» y presentando un análisis de las estadísticas de homicidios desde 1990 hasta la fecha. El mandatario, con gráficos y datos en mano, buscó refutar las afirmaciones de medios de comunicación y sectores de la oposición que señalan un fracaso de su gobierno en la lucha contra la criminalidad.

Petro inició su intervención mostrando una línea de tiempo que ilustraba los picos de violencia en Colombia. En esta alocucion marcó por eventos la escalada del conflicto armado, el auge del narcotráfico y los procesos de paz. Según sus cifras, la tendencia actual de homicidios muestra una clara disminución, acercándose a los niveles registrados durante el proceso de paz con las FARC. «Una de las mentiras de la prensa tradicional de Colombia es decir que estamos ante un colapso de violencia. Este cuadro muestra que no, que eso es falso, que es una manera de manipular a la opinión pública», afirmó el presidente. También subrayó que, si bien cualquier homicidio es motivo de preocupación, el panorama general indica se ha logrado avances significativos en su reducción.
El mandatario reconoció la existencia de desafíos, como la presencia de disidencias de las FARC en algunas regiones. Pero así mismo insistió en que estos problemas no son exclusivos de su administración, sino que tienen raíces en decisiones y eventos del pasado. «Estos problemas no surgieron de la noche a la mañana. Se originaron de tiempo atrás, y estamos trabajando para encontrar soluciones efectivas», aseguró.
Un punto central de su discurso fue la identificación de la «mafia» como el principal motor de la violencia actual. Petro explicó que el poder económico de las economías ilícitas está socavando el poder del Estado y de la ciudadanía. «Lo que está matando a Colombia es la mafia, la codicia, porque la mafia en el fondo no es más que codicia. Codicia que se adueña de los corazones y que va matando a gente inocente por doquier», sentenció.
El presidente también dedicó una parte de su intervención a criticar las políticas de seguridad de gobiernos anteriores. Esto especialmente la implementación del proceso de paz y su realización con las FARC. Petro argumentó que la decisión de «hacer trizas la paz» fue un grave error que contribuyó al resurgimiento de la violencia. «Hacer trizas la paz no comenzó en el gobierno de Duque; comenzó en el gobierno de Santos, y no por voluntad de Santos sino de sus colaboradores, y de uno en especial, que voy a remarcar aquí, y es la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez, que decidió sabotear el proceso de paz», afirmó.
Según Petro, la Fiscalía de Martínez utilizó «métodos jurídicos» para «entrampar la paz», acusando falsamente a líderes de las FARC de narcotráfico. El presidente también criticó de «debilidad y falta de talante» a Iván Márquez y Jesús Santrich, quienes, según él, cayeron en la trampa abandonando el proceso de paz.
«Las zonas que fueron de las FARC no entraron a un poder ciudadano, constitucional, sino que cambiaron los dueños de la violencia por varios de estos que regresaron a las armas», señaló Petro, refiriéndose al surgimiento de las disidencias. El presidente concluyó su alocución reafirmando su compromiso con la paz y la seguridad. De igual manera hace un llamado a la unidad nacional para enfrentar los desafíos que enfrenta el país.
La respuesta a la alocución presidencial ha sido diversa. Mientras que algunos sectores políticos y sociales han respaldado las cifras y argumentos de Petro, otros han criticado su enfoque, señalando que minimiza la gravedad de la situación actual y que busca desviar la responsabilidad de su gobierno. El debate sobre la seguridad en Colombia promete continuar en los próximos días, con el Congreso y los medios de comunicación analizando las cifras y las políticas del gobierno.