El concejal Jorge Torres expresó las preocupaciones que aún le embargan por la licitación de las fases 1 y 2 de Transmilenio la cual aún no expone un cambio decidido en cuanto a la calidad del aire que se respira en Bogotá.
“En la licitación de las fases 1 y 2 persisten nuestras angustias. Reconocemos que hay avances, hace dos semanas no existían los 50 puntos adicionales para la inclusión de nuevas energías, no estaba el desempate, pero la idea es llegar a la meta de que la licitación en términos definitivos realmente incorpore incentivos que permitan que lleguen nuevas tecnologías a Transmilenio”, expresó el concejal.
Específicamente el cabildante del Partido Verde considera que es perentorio que se establezca el número límite de kilómetros de los nuevos buses y también afirma que se requiere “mayor voluntad política por parte de la Administración Distrital toda vez que está en juego tanto la calidad del aire de la ciudad como la salud de los bogotanos”, enfatizó.
Cuestiona el concejal Torres que no sea la Administración la que lidere cuáles van a ser las energías con las cuales se movilice la flota, sino que por el contrario “desde la Secretaría de Movilidad y de Transmilenio se insista en la libre competencia. Estas entidades no toman las decisiones vitales y aquí estamos en una coyuntura en la que es el Distrito el que debe orientar que tipo de tecnología es la que se quiere que mueva a Transmilenio. Lamentablemente la Administración está dejando en manos del mercado si continuamos utilizando tecnologías viejas o damos el salto a tecnologías limpias”.
De Euro 2 a Euro 5
Para Torres no resulta significativo el cambio propuesto de pasar de un combustible Euro 2 a uno Euro 5 que se plantea en la actual licitación “porque estaríamos pasando de combustible Euro 2, tecnología de 1996, a Euro 5 que es del año 2006. Estamos en el 2018 y obviamente el mundo cambio en cuanto a las tecnologías y se han incorporado nuevos elementos en la investigación y en el funcionamiento de los sistemas de transporte y nosotros esperaríamos que ese factor se reconociera y se incorporara. Es insuficiente la idea de que pasemos a una tecnología que se desarrolló hace 12 años”, advirtió el concejal.
En cifras concretas, la flota de articulados que está rodando hoy genera 17.2 toneladas al año de material particulado y con la licitación que está en marcha los nuevos buses generarían una contaminación de 8 toneladas anuales, cuando la apuesta debe ser cero emisiones lo cual solo se garantiza con buses eléctricos.