Los vecinos del barrio San Cipriano, en la localidad de Suba, se volcaron a las calles anoche en una protesta pacífica para denunciar el creciente aumento de robos en la zona. Según los residentes, los hurtos, que se dan principalmente bajo la modalidad de “raponazo”, han convertido el sector en un lugar inseguro, afectando tanto a áreas comerciales como residenciales.
De acuerdo con Jhon William García, uno de los líderes de la comunidad, diariamente se reportan al menos cuatro robos cometidos por delincuentes que se movilizan en moto. «Las mujeres y los jóvenes que salen temprano a comprar el desayuno son las principales víctimas. Los motoladrones están en las esquinas esperando para atacar», afirmó García.
La comunidad señala que los delitos son ejecutados por un grupo conformado por tres hombres y una mujer. Según los testimonios, dos de ellos operan directamente en las motos mientras los otros dos cumplen el rol de «campaneros», vigilando que no haya presencia policial.
Zona comercial en la mira de los delincuentes
Uno de los puntos más peligrosos, según los habitantes, es la calle 167, cerca de las estaciones de TransMilenio. Los vecinos denuncian que los ladrones esperan a los usuarios del transporte público en las primeras horas de la mañana, especialmente desde las 4:00 a. m., para despojarlos de sus celulares y pertenencias. «A esa hora no se ve ni un solo policía en el sector», aseguró un residente afectado.
Impacto en comerciantes y peticiones de la comunidad
Los comerciantes también han manifestado su preocupación por el impacto que la inseguridad está teniendo en sus negocios. «Los clientes tienen miedo de venir, y esto nos afecta a todos», comentaron.
A pesar de haber presentado denuncias y derechos de petición a las autoridades, la comunidad asegura que no ha habido respuestas efectivas. Como medidas urgentes, exigen la instalación de cámaras de seguridad en puntos estratégicos y patrullajes permanentes para recuperar la tranquilidad del barrio.
La situación en San Cipriano refleja un problema recurrente en varias zonas de Bogotá, donde la inseguridad sigue siendo uno de los principales retos para las autoridades locales.
