En un vibrante discurso pronunciado el sábado 21 de junio en la plazoleta de la Alpujarra de Medellín, ante una multitudinaria concentración en el marco de la movilización «Un pacto por la paz urbana», el presidente Gustavo Petro anunció la contratación de miles de inspectores del Ministerio de Trabajo. El objetivo: asegurar el estricto cumplimiento de la Reforma Laboral, recientemente aprobada por el Congreso y considerada un hito histórico para el país.

A pesar de que la ley aún no ha sido sancionada, el jefe de Estado enfatizó la inminente necesidad de implementar medidas que garanticen su aplicación en todos los rincones de la economía nacional. «Debe aplicarse en toda empresa pública o privada, desde los medios de comunicación hasta las fábricas, desde el campo hasta el barrio popular. No hacerle caso a la ley es romper la democracia«, sentenció Petro, dejando clara la firmeza de su administración frente a este nuevo marco jurídico.
Vigilancia y derechos laborales: las claves de Petro
El mandatario subrayó la importancia de la vigilancia para que las leyes no queden en letra muerta. «Colombia está llena de leyes bonitas que no se cumplen. Por eso necesitamos inspectores enseñados en derechos laborales, no en los del gran capital. Que hablen con trabajadoras, con trabajadores, que visiten empresas y que impongan sanciones cuando se viole la ley», explicó. Esta declaración resalta la visión del gobierno de dotar a los inspectores de una formación centrada en los derechos de los trabajadores, alejándose de los intereses de las grandes corporaciones.
La aprobación de la Reforma Laboral fue calificada por Petro como un «triunfo del pueblo colombiano», atribuyendo un papel decisivo a la movilización social en su consecución. En un tono enérgico y evocador, el presidente afirmó desde la tarima, rodeado de líderes populares, madres cabeza de familia, representantes sindicales y voceros de diversos sectores sociales, que «fue la espada de Bolívar, con su magia libertaria, la que guio estas luchas». Esta referencia a la figura del Libertador buscó conectar la lucha actual con los ideales de independencia y justicia social.
Petro aprovechó la ocasión para desmentir las voces de alarma de algunos gremios empresariales que auguran la quiebra del sector. «Si el pueblo trabajador gana más, los empresarios ganan más. Si hay más dinero en el bolsillo de la gente, se vende más ropa, más comida, hay más turismo. Eso lo saben hasta los gringos hace un siglo», argumentó el presidente, presentando una visión optimista donde el aumento del poder adquisitivo de los trabajadores se traduce en un impulso para la economía.
Cruces por la Reforma Laboral: ¿Victoria Incompleta?
En un ejemplo concreto, el presidente se refirió a las mujeres confeccionistas de Medellín, a quienes, según él, se les ha dicho que la reforma provocará despidos. «Mentira. Van a vender más camisas, más jeans, y sus barrios tendrán más riqueza», afirmó. En un llamado directo al empresariado «que trabaja y arriesga, no el que lava dólares», el presidente los invitó a establecer una mesa de diálogo para implementar la ley «hasta la última coma», buscando una colaboración que garantice la correcta aplicación de la norma.
No obstante, la satisfacción por la aprobación de la reforma estuvo matizada por una crítica a sectores del Congreso por la eliminación de artículos cruciales que protegían los derechos de las mujeres trabajadoras. Con particular lamento, el presidente señaló el retiro del artículo que permitía la asistencia al médico durante los días de dolor menstrual. «No fue solo la derecha masculina, lo peor fue ver a mujeres congresistas de derecha votar contra las mujeres pobres de Colombia», expresó con visible decepción, subrayando lo que considera una afrenta a los derechos de las trabajadoras.
A pesar de estos «recortes», el mandatario concluyó su intervención asegurando que la reforma conserva su «espíritu progresista» y representa una «victoria histórica» para los derechos laborales en Colombia. El anuncio de la contratación masiva de inspectores es, sin duda, un paso fundamental para asegurar que esta victoria se traduzca en una realidad tangible para millones de trabajadores colombianos. La implementación de la Reforma Laboral y el papel de estos nuevos inspectores serán claves para el futuro socioeconómico del país.