Relanzamiento del centro de encuentro para la Paz en Suba ofrece nuevas oportunidades a víctimas del conflicto

Relanzamiento del centro de encuentro para la Paz en Suba ofrece nuevas oportunidades a víctimas del conflicto

El Centro de Encuentro para la Paz y la Integración Local en Suba ha sido relanzado con una serie de actividades que promueven la paz, el perdón y la reconciliación. Situado en el barrio La Gaitana, el centro destaca por su jardín delantero y un mural en construcción que simboliza la diversidad y la esperanza. Este renovado espacio busca ofrecer a las víctimas del conflicto armado un lugar de apoyo y oportunidades para su integración en la sociedad.

Ubicado en una esquina del corazón de Suba, el centro no solo proporciona un entorno acogedor, sino que también forma parte de una estrategia de la Secretaría de Integración Social. Esta estrategia se enfoca en brindar asistencia, asesoría y reparación integral a las víctimas del conflicto. Según la página oficial de Integración Social, el centro implementa estrategias locales para materializar estos apoyos y prevenir situaciones de vulnerabilidad.

En sus instalaciones, el Centro de Encuentro para la Paz ofrece diversos servicios que incluyen apoyo en salud, educación y empleabilidad. Con un horario de atención de lunes a viernes, de 7 a.m. a 4:30 p.m., el centro cuenta con personal especializado y el apoyo de entidades como la Personería, Secdesarrollo, Sechabitat y el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena). Esto garantiza que las víctimas reciban la ayuda necesaria para superar sus dificultades.

El centro también ha establecido criterios específicos para el ingreso de visitantes. Aunque el acompañamiento está restringido en general, se permiten excepciones para cabezas de hogar con hijos pequeños, personas mayores o con discapacidad, y víctimas que ingresan por primera vez a la ruta de Ayuda Humanitaria Inmediata. Esta medida asegura que quienes más lo necesitan puedan acceder a los servicios sin obstáculos.

La realidad del conflicto armado también se refleja en Bogotá, donde un gran número de personas llegan buscando refugio y apoyo. El Observatorio Distrital de Víctimas del Conflicto Armado realiza un seguimiento continuo de la situación, con un informe reciente que señala más de 860 mil víctimas en la capital. De estas, aproximadamente 370 mil están en proceso de reubicación, lo que destaca la importancia de centros como el de Suba.

El Centro de Encuentro para la Paz es uno de los ocho espacios disponibles en Bogotá para atender a las víctimas del conflicto armado. Además de Suba, hay centros en Chapinero, Rafael Uribe Uribe, Kennedy, Ciudad Bolívar, Bosa, y en ubicaciones clave como el Supercade de Engativá y la Terminal de Transporte de El Salitre. Estos centros forman una red de apoyo integral que busca ofrecer soluciones efectivas y humanas para quienes han sufrido a causa de la violencia.

En un reciente debate sobre el uso del espacio público en Bogotá, el asesor jurídico de Suba Alternativa destacó la complejidad del problema de la ocupación del espacio público. Aunque muchos parques han sido recuperados, aún persisten desafíos significativos. En localidades como Suba, la ocupación ilegal de andenes por basuras y vendedores informales está causando problemas tanto en la movilidad peatonal como en el tráfico urbano. Esta situación resalta la necesidad urgente de abordar cómo se regula el uso del espacio público. La ley colombiana prohíbe explícitamente la ocupación del espacio público para actividades comerciales privadas. Esta normativa permite a la Policía Nacional incautar equipos y vehículos utilizados por los vendedores informales. Sin embargo, el vacío regulatorio persiste, especialmente en comparación con otros países como Estados Unidos, donde se otorgan licencias para la venta ambulante bajo estrictas regulaciones para proteger la salud pública y garantizar el orden. El asesor jurídico también abordó los riesgos asociados con la venta informal en la vía pública. Las prácticas de venta en espacios no regulados pueden comprometer la salubridad debido a la preparación de alimentos sin los estándares de higiene adecuados. Además, el uso de materiales peligrosos como gas y gasolina para cocinar en la vía pública incrementa el riesgo de accidentes. Por estas razones, la regulación y no la prohibición total es vista como una solución más viable. La controversia se agudiza cuando se considera la dificultad que enfrentan los vendedores informales para encontrar espacios comerciales adecuados. Según el asesor, muchas veces los espacios ofrecidos por las autoridades no son viables para el comercio debido a su falta de visibilidad y flujo de peatones. Esto impulsa a los vendedores a regresar a las calles principales, perpetuando el ciclo de ocupación ilegal del espacio público. Una posible solución propuesta es la integración de los vendedores informales en áreas comerciales específicas, como las estaciones de metro o Transmilenio, donde el flujo de personas puede garantizar una mayor visibilidad y viabilidad económica. Esta estrategia permitiría regular la ocupación del espacio público de manera que se beneficie tanto a los vendedores como a los consumidores, creando un entorno más ordenado y seguro. Finalmente, el asesor hizo un llamado a abordar el problema desde una perspectiva más amplia, considerando la generación de oportunidades económicas formales y la creación de políticas que integren a los vendedores informales de manera efectiva. Reconoció que la migración y la falta de oportunidades económicas son factores clave en la proliferación de la venta informal, y que es esencial desarrollar soluciones integrales para lograr un equilibrio entre la regulación del espacio público y la necesidad de ingresos para muchos ciudadanos.
By Yenifer Ardila

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