La paciencia de los habitantes de Suba parece estar llegando al límite. En sectores como Lisboa, Berlín y Bilbao, el mal parqueo se ha convertido en una verdadera pesadilla que afecta la movilidad y la tranquilidad de quienes transitan diariamente por estas zonas. Las quejas son constantes, pero hasta ahora no se ven soluciones concretas.
Vehículos mal estacionados bloquean pasos peatonales, esquinas y hasta carriles completos, haciendo que lo que debería ser un recorrido de minutos se convierta en un dolor de cabeza. A esto se suma la falta de cultura ciudadana y el escaso control por parte de las autoridades. “Es el pan de cada día, nadie respeta y nadie sanciona”, asegura Andrea, vecina de Berlín.
Los residentes coinciden en que el problema no es nuevo, pero sí cada vez más grave. “Esto ya es costumbre. Uno ve carros sobre los andenes, buses que se parquean donde no deben, y nadie dice nada. El tráfico se pone imposible, y si uno va caminando, ni hablar: toca bajarse a la calle y arriesgarse”, comentó don Héctor, comerciante en Lisboa.
Además del impacto en la movilidad, el mal parqueo también está generando sensación de inseguridad. Algunos habitantes temen que las calles se vuelvan propicias para robos, ya que los vehículos obstruyen la visibilidad y crean zonas ciegas. “A veces uno no sabe quién está detrás de un carro mal parqueado. Es incómodo y peligroso”, dicen desde Bilbao.
Varios líderes comunitarios ya han enviado peticiones formales a la alcaldía local, solicitando controles más estrictos, señalización clara y campañas de cultura ciudadana. También se ha propuesto la instalación de bolardos en andenes y zonas críticas para impedir que los vehículos invadan espacios peatonales.
Por ahora, la comunidad sigue esperando respuestas. Mientras tanto, el mal parqueo sigue haciendo estragos en la movilidad de Suba y afectando la calidad de vida de sus habitantes. La pregunta es: ¿cuánto más deberá soportar la gente antes de que llegue una solución real?
