Las calles de los barrios Bilbao, Berlín y San Pedro de Tibabuyes, en la localidad de Suba, esconden un problema que salta a la vista y al olfato. Los sumideros, en lugar de cumplir su función de evacuar aguas lluvias, se han convertido en el destino final de basuras y desechos, generando un panorama desolador y un foco de contaminación que preocupa a la comunidad.
Bolsas de basura, plásticos, restos de comida e incluso escombros se acumulan en los sumideros, obstruyendo el flujo del agua y generando malos olores que se intensifican con las altas temperaturas. Los residentes denuncian que la situación se repite día tras día, a pesar de los esfuerzos de algunos por mantener la limpieza.
“Es una falta de cultura ciudadana”, señala Carmen, una habitante de Bilbao, mientras observa con impotencia cómo un vecino arroja una bolsa de basura al sumidero. “La gente no entiende que esto nos perjudica a todos, que genera malos olores, enfermedades y problemas de inundaciones”, agrega.
Ante esta problemática, líderes comunitarios de los tres barrios han unido fuerzas para hacer un llamado a la conciencia ciudadana. A través de campañas de sensibilización, buscan educar a la población sobre la importancia de disponer adecuadamente de los residuos y el impacto negativo que genera arrojarlos a los sumideros.
“No se trata solo de barrer frente a nuestra casa, sino de entender que el espacio público es de todos y que debemos cuidarlo entre todos”, manifiesta Juan, líder comunitario de Berlín. “Hacemos un llamado a la reflexión y a la acción para que entre todos construyamos un barrio más limpio y saludable”, añade.
La comunidad también hace un llamado a las autoridades competentes para que se intensifiquen las jornadas de limpieza y se implementen medidas más efectivas para evitar que los sumideros se sigan utilizando como basureros. Se plantea la necesidad de instalar canecas públicas en puntos estratégicos y de imponer sanciones a quienes incumplan las normas.
Los líderes comunitarios son conscientes de que la solución definitiva a esta problemática no depende únicamente de las autoridades, sino que requiere de un cambio de actitud por parte de los ciudadanos. “Es tarea de todos construir una cultura de respeto por el espacio público y el medio ambiente”, concluyen.