Sumideros en mal estado y malos olores afectan a comerciantes y vecinos en Suba

Los vecinos de los barrios Bilbao, Berlín, Santa Cecilia, Villa Cindy y Lisboa, en la localidad de Suba, están viviendo una situación cada vez más incómoda debido al mal estado de los sumideros. La falta de mantenimiento ha provocado que los olores desagradables se intensifiquen, afectando no solo a los residentes, sino especialmente a los dueños de negocios de alimentos, quienes están viendo cómo sus ventas se ven perjudicadas.

La problemática no es nueva, pero en las últimas semanas los malos olores se han vuelto insoportables, según relatan varios comerciantes. “Es muy difícil atraer clientes cuando el ambiente afuera de la tienda es tan desagradable”, comenta Juan, propietario de una panadería en Berlín. Él, como muchos otros, ha intentado paliar la situación con ambientadores y limpiezas constantes, pero el problema persiste y sigue afectando a su negocio.

Los dueños de restaurantes y tiendas de comida rápida son los más golpeados. Algunos han visto una disminución significativa en la afluencia de clientes, especialmente aquellos que prefieren comer al aire libre. “Ya no es solo un tema de ventas; es una cuestión de salud pública”, afirma Marta, quien regenta un pequeño restaurante en Villa Cindy. “Estamos muy preocupados por las posibles plagas que estos olores pueden atraer”, añade.

A pesar de los múltiples reportes a las autoridades locales, la situación no ha mejorado. Los vecinos se sienten ignorados y cada día se desesperan más por la falta de soluciones concretas. “Hemos llamado, enviado cartas, pero nada cambia”, dice Carlos, un residente de Lisboa. “Queremos vivir tranquilos, sin tener que soportar este olor tan fuerte que afecta nuestra calidad de vida”.

La comunidad se ha unido para exigir una intervención urgente que no solo resuelva el problema de los malos olores, sino que también garantice un mantenimiento regular de los sumideros. Los residentes están dispuestos a colaborar, pero necesitan que las autoridades tomen en serio la situación y actúen de inmediato. “Es injusto que tengamos que vivir así cuando esto tiene una solución”, expresa Ana, vecina de Santa Cecilia.

Mientras tanto, la preocupación sigue creciendo en estos barrios de Suba, donde la vida cotidiana se ve afectada por un problema que, aunque parece sencillo de resolver, ha demostrado ser persistente. La comunidad espera que, con una presión constante y una mayor visibilidad del problema, se logre una respuesta adecuada que devuelva la tranquilidad y el bienestar a estas zonas.

By Yenifer Ardila

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