Un perro de raza Pitbull se ha convertido en el principal motivo de preocupación y temor para los residentes del barrio Ciudad Jardín Norte, en la localidad de Suba, tras haber atacado y mordido a varios vecinos en las últimas semanas.
La situación ha escalado a tal punto que la comunidad exige la intervención urgente de las autoridades locales y del Instituto de Protección Animal.
Víctima clave: Ex-Edil José Vicente Velásquez
Entre las víctimas de las agresiones se encuentra el ex-edil de Suba, José Vicente Velásquez, quien ha narrado su propia experiencia y la de otros afectados.
En declaraciones a la emisora Suba Alternativa, Velásquez describió la mascota como «muy agresiva» y detalló una serie de ataques:
1.Agresión grave a adulta mayor: Una vecina que intentó darle comida al perro fue mordida en la mano, sufriendo heridas que requirieron 18 puntos de sutura.
2.Ataque a menor de edad: Un estudiante que regresaba del colegio fue atacado por el animal, sufriendo múltiples heridas en sus piernas.
3.Ex-edil herido: El propio José Vicente Velásquez relató que fue atacado por el perro el pasado mes de septiembre mientras se dirigía a trabajar a la Alcaldía Local de Suba. La mordedura le causó heridas de gravedad en la mano derecha, obligándolo a seguir un tratamiento con antibióticos.
Vecinos buscan defenderse y piden ayuda
La tensión en la cuadra es palpable. Algunos residentes, en un intento por defenderse de los constantes ataques del can, habrían herido al animal con arma blanca. Según la comunidad, esta acción fue una medida desesperada para proteger su integridad física ante la falta de control sobre la mascota.
«Los vecinos del sector buscan defenderse y piden la intervención de las autoridades para poder transitar libremente en esta cuadra sin temor a ser atacados,» señaló una fuente cercana a la comunidad.
La comunidad de Ciudad Jardín Norte hace un llamado urgente al Gobierno Local y al Instituto de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA).
Los vecinos piden una solución que permita, por un lado, garantizar su seguridad y la libre circulación, y por el otro, proteger la integridad del perro para evitar que siga siendo maltratado por los residentes en actos de defensa propia.










