Una tragedia sacudió al barrio Nogales de Tibabuyes, primer sector, la noche del pasado viernes 23 de mayo, cuando un motociclista perdió la vida tras caer en un profundo hueco en plena vía pública. El hecho ocurrió en la carrera 140 con calle 132, una zona donde los vecinos aseguran que el abandono vial lleva años poniendo en riesgo la vida de quienes transitan por allí.
Las cámaras de seguridad del sector captaron el momento en que el motociclista, que iba a alta velocidad, intentó adelantar a un bus y no logró esquivar el hueco. El impacto fue tan fuerte que perdió la vida de manera inmediata. Las autoridades confirmaron su fallecimiento y abrieron una investigación para esclarecer las circunstancias exactas del siniestro.
La noticia ha generado profunda indignación en la comunidad, que desde hace años viene denunciando el mal estado de esta vía sin obtener respuesta alguna. Constanza Bernal, comerciante del sector, aseguró en entrevista con la emisora Suba Alternativa Noticias que los huecos son tan grandes que hasta los buses deben desviarse, poniendo en peligro a otros conductores y peatones. Recordó también un reciente accidente en el mismo punto que dejó a un joven «zorrero» gravemente herido.
Vecinos como Anabel Álvarez narran cómo esta situación afecta su día a día. “Cuando llueve, los carros pasan tan rápido que el agua sucia nos salpica las casas y hasta a los que van caminando al trabajo. Ya ni uno puede andar tranquilo por su barrio”, comentó. La falta de mantenimiento, sumada a las condiciones climáticas, ha convertido esa calle en un tramo de alto riesgo.
Además de la falta de gestión de la alcaldía local, los habitantes señalan a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá como corresponsable. Denuncian que unas obras realizadas hace más de dos meses nunca fueron finalizadas correctamente, dejando la vía aún más deteriorada. Lo que era una calle transitable, terminó convertida en una trampa mortal, aseguran.
Tras el accidente, la comunidad decidió tomar cartas en el asunto. Sin ayuda oficial, vecinos se organizaron para tapar el hueco con recebo y gravilla, esperando evitar otra tragedia. Sin embargo, insisten en que esta solución es temporal y claman por una intervención urgente por parte del Distrito. El dolor por la pérdida del motociclista ha unido al barrio en un solo grito: que no haya otra víctima por la desidia institucional.
