El Gobierno Nacional, en alianza con Acerías Paz del Río, puso en marcha la ruta del “Tren de la Vida y la Esperanza”, un ambicioso proyecto que vuelve a poner en movimiento los rieles del progreso en Boyacá. Este recorrido turístico y social conecta a Nobsa, Sogamoso, Duitama y Paipa, marcando un hito histórico: el regreso del servicio de pasajeros a Paipa después de cinco décadas. La iniciativa no solo busca rescatar la tradición ferroviaria del país, sino también fortalecer la integración regional y dinamizar la economía local.
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) lideró la restauración de 14,8 kilómetros del corredor férreo Bogotá–Belencito, una obra que simboliza la recuperación de un patrimonio que alguna vez fue clave para el desarrollo industrial y minero de la región. Con una inversión de 150 mil millones de pesos en infraestructura, sumados a 180 mil millones destinados a la administración y mantenimiento, el proyecto garantiza la operación segura y sostenible tanto para carga como para pasajeros. Cada vagón, con su diseño moderno y tecnología adaptada a las necesidades actuales, se convierte en una muestra del equilibrio entre tradición y modernidad.
El Tren de la Vida y la Esperanza Une Historia con Modernidad
La ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, destacó que el Tren de la Vida y la Esperanza representa mucho más que un medio de transporte: es un símbolo de unión y orgullo boyacense. Los vagones cuentan con todas las comodidades —silletería de primera clase, aire acondicionado y baños comparables a los de un avión—, además de un vagón “legado” que conserva los asientos y detalles originales, como homenaje a la memoria ferroviaria del país. Este espacio combina historia y emoción, recordando a quienes vivieron la época dorada del tren y abriendo las puertas a nuevas generaciones de viajeros que podrán experimentar esa magia sobre rieles.
Con esta puesta en funcionamiento, el Gobierno avanza en la reactivación del sistema férreo nacional, impulsando una estrategia que contempla seis proyectos priorizados con una inversión total proyectada de 94 billones de pesos. El propósito es claro: consolidar el transporte ferroviario como una alternativa competitiva, sostenible y eficiente tanto para pasajeros como para carga. El Tren de la Vida y la Esperanza no solo representa un renacer para el transporte en Boyacá, sino también una oportunidad para revitalizar el turismo, generar empleo y devolverle al tren su papel protagónico en el desarrollo del país.