Quienes transitan diariamente por la calle 152 con carrera 114, en el barrio Almendros de Suba, están cansados de esquivar huecos y charcos en plena vía. La situación, que lleva meses sin solución, se ha convertido en un verdadero peligro tanto para conductores como para peatones. La imagen lo dice todo: la calle parece una colcha de retazos, y lo peor, sin señales de intervención por parte de las autoridades.
Los baches son tan profundos que, cuando llueve, se convierten en trampas invisibles para los vehículos. Los carros pequeños corren el riesgo de dañarse y los motociclistas deben hacer maniobras peligrosas para evitar caer. “Aquí no es raro ver carros varados o motos que pierden el equilibrio. Uno ya ni sabe por dónde pasar”, comenta don Álvaro, un vecino del sector.
Lo que más molesta a los residentes es que esta vía es bastante transitada. Por allí circulan buses, camiones y vehículos particulares a toda hora, lo que agrava el desgaste del pavimento. A pesar de eso, la calle no ha recibido ni una sola reparación reciente. “Es como si esta zona no existiera para la alcaldía”, dice indignada una habitante del barrio que lleva más de 20 años viviendo allí.
Muchos temen que con la llegada de la temporada de lluvias, el deterioro avance más rápido. “El agua se empoza en los huecos y uno ya ni sabe si es un charco o un cráter. Eso pone en riesgo a todos”, afirma Andrés, conductor habitual de la ruta. Las lluvias no solo agrandan los baches, sino que también ocultan su profundidad, lo que multiplica los accidentes.
Los vecinos han hecho reportes a través de las líneas de atención ciudadana, pero hasta ahora no hay respuesta concreta. “Mandamos fotos, mensajes, hasta firmamos una petición… pero nada. Aquí no se asoma nadie”, dicen los residentes, frustrados por la falta de atención. Algunos incluso piensan en cerrar la vía como forma de protesta.
Desde este espacio hacemos un llamado urgente a las entidades competentes, especialmente a la Alcaldía Local de Suba y al IDU, para que atiendan esta problemática. No se trata solo de una calle en mal estado, sino de la seguridad y calidad de vida de toda una comunidad que ya está cansada de esperar soluciones.
