Cansados del ruido excesivo, las peleas y el desorden que generan varios bares de la carrera 158 con calle 136, vecinos del barrio Villa Cindy, en Suba, decidieron alzar su voz. A través de los micrófonos de Suba Alternativa Noticias, José Contreras, presidente de la Junta de Acción Comunal, e Isaac Enciso, residente del sector, expusieron la difícil situación que aseguran vivir desde hace más de un año.
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Según cuenta don José, la comunidad ha elevado derechos de petición, recogido firmas y asistido a cuatro mesas de trabajo con los dueños de los bares y la Secretaría de Seguridad. Aunque en esas reuniones los propietarios prometieron bajar el volumen, en la práctica nada cambió. “El ruido sigue hasta altas horas, con riñas y personas heridas”, lamenta el líder comunal.
Isaac Enciso, por su parte, relata que junto a un abogado han adelantado un proceso que ya completa un año. Aunque lograron que se citara una audiencia para el próximo 4 de agosto, siguen preocupados porque mientras tanto las noches son imposibles de conciliar el sueño. “A veces duermo dos o tres horas y al otro día me toca trabajar”, dice.
Lo que más inquieta a los vecinos es que, pese a que existe una norma que limita el funcionamiento de estos bares hasta las 11 de la noche por estar en zona residencial, esto no se cumple. “Ni la policía ni la alcaldía local están haciendo respetar el decreto”, asegura el presidente, quien incluso relata que ha tenido que intervenir personalmente para pedir que bajen el volumen.
A la problemática del ruido se suman carros que llegan con plantas de sonido a la vía pública, afectando aún más la tranquilidad del sector. “Hasta un policía activo llega con su carro a poner música a todo volumen”, denuncian los líderes, mientras insisten en que no se trata de acabar con los negocios, sino de que cumplan las reglas.
Finalmente, José Contreras e Isaac Enciso hacen un llamado urgente al alcalde local, César Salamanca, y al comandante de la estación de policía de Suba, para que hagan cumplir la ley y devuelvan la tranquilidad a esta zona residencial. “Queremos que cierren a la hora que dice la norma, que controlen el ruido y podamos dormir”, concluyen.
