En entrevista con Suba Alternativa, el concejal de Bogotá Diego Cancino, se refirió a lo que debería ser el futuro del Escuadrón Móvil Antidisturbios:
«Tenemos que generar transformaciones pedagógicas y culturales. Yo creo que hay desmantelar el Esmad porque este grupo se crea en un decreto transitorio del presidente Andrés Pastrana para acabar un paro cocalero. Es decir que va en absoluta contravía en el sentido de una policía antimotines, cuya naturaleza es garantizar el derecho a la protesta».
El ESMAD fue creado para eliminar el derecho a la protesta durante aquel paro cocalero.
«El ESMAD ha violado, ha torturado, ha desaparecido, ha detenido la protesta social. Entonces en ese sentido hay que desmantelar el ESMAD a la mayor brevedad posible para que cuando haya estas manifestaciones de protesta que son absolutamente constitucionales, legales y legítimas y que intensifican la Democracia; la policía antimotines construida de manera participativa garantice ese derecho a la protesta».
También aclaró cuáles son las conductas que se deben erradicar:
«Cuando haya irrupciones violentas pues se controlan. Pero no por controlar se termine gaseando y agrediendo a toda una protesta incluyendo a los vecinos. Entonces la propuesta es construir participativamente una policía antimotines».
En tanto a los procesos de perdón y reconciliación por hechos como los sucedidos los pasados 9 y 10 de septiembre en donde murieron 14 personas producto del enfrentamiento entre la Policía y civiles en Bogotá, Cancino respondió:
«Es el gran reto y lo queremos hacer es una práctica de reconciliación. Los procesos de perdón son muy humanos y subjetivos. Hay que hacerlo despacio, sin revictimizar, generando técnicas de confianza, reconocimiento responsabilidades».
El concejal Diego Cancino tuvo este 31 de agosto un encuentro organizativo para la #ReformaPopularALaPolicía con más de 45 voluntarios, entre líderes territoriales, víctimas; que serían multiplicadores de la iniciativa:
«Lo maravilloso del encuentro que tuvimos ayer con jóvenes, es que a pesar de que varios presenciaron asesinatos y desapariciones de sus compañeros por parte de la Policía y otros estuvieron al borde de la muerte, ninguno cerró la puerta al diálogo».