En una entrevista con Suba Alternativa Noticias, Antonio Sanguino Páez habla sobre la deuda y los desafíos del proceso de paz en Colombia. Después de 34 años de esfuerzos por superar la violencia política y sus consecuencias, hay una deuda pendiente en la reparación de las víctimas, ya que según una noticia reciente del diario El Tiempo, solo el 20% ha sido reparado. Sin embargo, el proceso de paz ha dado resultados positivos, como la reincorporación de 71.500 combatientes a la vida civil y logros legislativos como la ley de víctimas y de tierras.
A pesar de estos logros, existe una gran deuda con los territorios excluidos, donde persiste la violencia y la presencia de economías ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal. Aunque el acuerdo con las FARC intentó transformar estos territorios a través de los 170 municipios PDET, aún queda un largo camino por recorrer. La transformación de estos territorios es clave para lograr un desarrollo económico y social más equitativo en todo el país.
En cuanto a la búsqueda de una «paz total», Sanguino sostiene que el gobierno nacional ha impuesto un modelo de paz fragmentada, abordando los grupos armados por separado. Sin embargo, el presidente Gustavo Petro propuso una paz total, que consiste en abrir mesas de negociación simultáneas con todas las expresiones armadas que persisten en Colombia, incluyendo al ELN, las disidencias de las FARC y otras organizaciones criminales. Esta propuesta representa un desafío ambicioso para el gobierno, pero busca romper con la lógica de una paz parcelada.
En conclusión, el proceso de paz en Colombia enfrenta una deuda pendiente en la reparación de las víctimas y la transformación de los territorios afectados por la violencia. Aunque se han logrado avances significativos, aún quedan desafíos por superar para lograr una paz total. La propuesta de una paz simultánea con todos los actores armados representa un nuevo enfoque y un desafío importante para el gobierno nacional.
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