Con el cierre de la temporada 2025 cada vez más cerca, el tenis colombiano sigue dejando señales de progreso y constancia. A pesar de que el calendario internacional empieza a vaciarse y los torneos se reducen, las raquetas cafeteras no bajan el ritmo y logran nuevos ascensos en las recientes actualizaciones de los rankings mundiales. La principal protagonista entre las mujeres fue Yuliana Lizarazo, quien dio un salto importante en la clasificación, mientras que en la rama masculina Adriá Soriano volvió a meterse en la conversación tras una destacada escalada.
En el listado de la WTA, Yuliana Lizarazo firmó el ascenso más importante de Colombia: subió 109 puestos para ubicarse en el lugar 737 del mundo, luego de su buen desempeño en el WTA 125 de Cali, donde fue la mejor representante nacional. No fue la única en sonreír, ya que Valentina Mediorreal también sacó provecho de su participación en el torneo caleño, ganando 12 lugares hasta la posición 716. En la parte alta, Emiliana Arango se mantiene como la número uno del país, aunque cayó una casilla y ahora es 48 del mundo, mientras que Camila Osorio conserva su puesto 80. En el panorama global, Aryna Sabalenka sigue al mando del ranking, confirmando su sólido año.
Lizarazo y Soriano, los nombres del momento
Por el lado de los hombres, el repunte colombiano estuvo encabezado por Adriá Soriano, quien protagonizó una de las mayores subidas de la semana al ganar 23 posiciones, quedando en el puesto 307 y acercándose nuevamente al codiciado top 300. También hubo buenas noticias para Samuel Linde, que avanzó cuatro lugares para situarse en el 770. En lo alto del escalafón nacional, Daniel Galán continúa siendo el mejor del país al mantener la posición 149, mientras que Nicolás Mejía, aunque perdió tres puestos, sigue firme como la segunda raqueta nacional en el 208.
La nota internacional la puso Jannik Sinner, quien recuperó el número uno del ranking ATP tras superar por escaso margen a Carlos Alcaraz, dándole un cierre emocionante al año en la cima del tenis mundial. Para Colombia, estos ascensos son un aliciente en una temporada que ha tenido altibajos, pero que termina con señales alentadoras. Los avances de Lizarazo y Soriano reflejan no solo esfuerzo y talento, sino también la ilusión de que el tenis nacional sigue vivo, peleando punto a punto por hacerse un lugar entre los grandes.
