Un acto de heroísmo policial evitó una tragedia aún mayor tras el brutal choque de una tractomula cargada de carbón contra una vivienda. El subintendente Jeiner Custodio Cuesta se jugó su vida al ingresar a la estructura colapsada y rescatar al pequeño Arturo, de tan solo 2 años.
Lamentablemente, el grave accidente cobró la vida de dos menores.
El Choque y la Desesperación
El suceso ocurrió en la entrada del municipio de Paz del Río. La tractomula impactó de lleno la casa donde residía Arturo. Como resultado, el niño quedó atrapado bajo los escombros y cubierto completamente de carbón, exhausto y casi sin respirar.
En videos grabados por testigos, se observó la angustia del abuelo y familiares, quienes gritaban desesperados. En medio de la confusión, otros parientes se unieron para limpiar la cara del niño, besarlo y celebrar que estuviera con vida.
El Rescate: «Él Respiró, Soltó un Llanto»
El subintendente Cuesta narró a Noticias Caracol cómo se convirtió en el ángel del pequeño. El uniformado volvió a la zona del desastre a continuar la búsqueda y el rescate, a pesar del riesgo de colapso de la estructura.
Allí, observó lo que inicialmente parecía ser un muñeco. El policía verificó el cuerpo y, al tratar de sacarlo, el niño reaccionó. El subintendente relató: “Al verificar, trato de sacarlo, él respiró, soltó un llanto y me lo llevé en el pecho”.
El uniformado solo buscaba una rápida atención médica. Por ello, afirmó que su intención era entregarlo de inmediato al centro de salud, siguiendo el protocolo de primeros auxilios, a pesar de que los familiares, emocionados, intentaron recibirlo.
El Dolor de la Pérdida de Dos Primos
Trágicamente, ese día Arturo perdió a dos de sus primos: Luis Alejandro Delgado Cárdenas, de 13 años, y Sara Isabel Pinzón Cárdenas, de 11 años.
El subintendente Cuesta relató la dolorosa escena del hallazgo. Mientras intentaban rescatar al conductor del camión, observaron el pie de una de las personas involucradas. El uniformado procedió a verificar y confirmó que la persona «ya se encuentra sin vida«.
El Milagro y la Gratitud de la Madre
Hoy, Arturo se reunió con su familia después de solo dos días de hospitalización. El niño no sufrió consecuencias graves a pesar de recibir sobre su cuerpo parte del peso del carbón y los escombros.
Jessica Manrique, mamá de Arturo, agradeció profundamente al subintendente: “Realmente, es un milagro que mi bebé esté bien, esté vivo, esté sano, esté completo, porque realmente, donde él estaba, donde cayó, era una gran altura«.
El subintendente Cuesta, con su corazón de padre, contó que se lastimó las manos y dañó su uniforme, pero que su esfuerzo «valió la pena«. Finalmente, pidió protección divina por el alto riesgo que conlleva su trabajo.









