La semana que empieza, la bancada del Centro Democrático en el Concejo liderará un debate de control político sobre una situación muy grave: la, una vez más, desbordada inseguridad en Bogotá.
El debate hay que hacerlo, lo necesita la ciudad, y lo exigen los miles de ciudadanos víctimas de la delincuencia. Se necesita, digo, aunque tristemente se sepa de antemano la respuesta de la administración. Que todo va bien, que es un tema de un par de noticias del “amarillismo rentable”, como lo llamó la alcaldesa en entrevista hace unos días para Blu Radio. Quizá haya sido esa convicción la que le permitió a la conciencia de Claudia López irse de rumba un jueves a celebrar que unos magistrados le hayan confirmado lo que ya sabíamos que sucedería con su POT: que la administración puede saltarse impunemente al Concejo de Bogotá, incluso cuando es mayoritariamente afín, cuando le plazca. Puede hacerlo, puede irse de rumba, porque las dos masacres de la semana pasada, los dos feminicidios ocurridos el viernes, las balaceras en el centro, son eso, puro amarillismo.
El secretario de Seguridad habrá de mostrarnos lo mismo de siempre, que la administración ha sido refulgente en resultados. Que el homicidio ha caído este año 14%, la extorsión 11%, los hurtos a automotores un 3%, a motos 3,8% y a celulares la impresionante cifra de 2,4%. Dirá, sin duda, que es un tema menor el que las lesiones personales, por el contrario, hayan aumentado 3,4%, afectando a 14 mil ciudadanos; que el hurto a personas, lo que afecta en forma más directa a la gente, lo más que genera el miedo y lo que hace que nos sintamos presos en nuestra propia ciudad, ¡haya afectado a 65.777 personas lo que va de este año!, y haya crecido 4,5%, frente a igual periodo del año anterior.
Posiblemente también nos mostrarán como impresionantes logros haber hecho apenas 310 capturas agrupadas en 79 organizaciones desarticuladas, en el marco de 649 acciones para interrumpir mercados ilegales. Sí, 649 en toda la ciudad y sus 20 localidades, durante las 35 semanas que llevamos de este año. Poco o nada, pero se le presentará al Concejo como todo un éxito.
Ojalá me equivoque, por supuesto, no desearía más que estarlo, pero anticipo que no habrá el acto de contrición que requiere con urgencia la ciudad. Los bogotanos necesitamos que al menos, como cuando se enfrenta una crisis, se empiece por reconocer sin ambigüedad que existe. Que los funcionarios que lideran este grave tema de la ciudad han fracasado, y que hay que cambiarlos. Pero es que además se requiere acción. Se requiere que el Gobierno Nacional deje de presentarnos ideas sueltas y descabelladas, y pase a las propuestas concretas para acabar con la delincuencia y fortalecer, de verdad, la justicia. Se necesita elevar la moral de la fuerza pública con apoyo, con gestión, con gerencia y con autoridad. Nada de eso pasa hoy. Se requiere que se articulen las autoridades, que se integre a la ciudadanía, con confianza y respaldo hacia la policía. Y se requiere, sobre todo, cumplir las metas.
Como lo mostraremos esta semana en el debate, la Secretaría de Seguridad va mal en metas del Plan de Desarrollo, el 40% de las metas está igual o por debajo del 50%, a un año y medio de terminar el gobierno. No hay articulación interinstitucional, porque no hay gerencia, y los pocos resultados positivos que hay son inferiores al resto de las ciudades colombianas. Alcaldesa, Secretario: la ciudad necesita acciones ya, reconozcan el problema y empiecen a trabajar.
Fuente: Javier Ospina– Concejal de Bogotá