Tras permanecer por más de cuatro años como “mascota”, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR logró el rescate de una tortuga morrocoy (Chelonoidis carbonarius), en zona urbana del municipio de La Mesa.
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La acción fue liderada por la Unidad Integrada de Gobernabilidad Ambiental – UIGA de la CAR, con el apoyo de la Policía Nacional y un equipo de profesionales de la dirección regional Tequendama, quienes llegaron hasta el predio sorprendiendo en situación de flagrancia por tenencia de fauna silvestre, a una mujer que informó que hace 4 años, aproximadamente, esta tortuga macho adulto llegó hasta su residencia y desde entonces permaneció con ella.
Al momento del operativo, biólogos de la CAR pudieron identificar problemas nutricionales, pues los escudos del caparazón presentaban anomalías compatibles con deficiencias en la alimentación. A esto se suma el hecho de que la tortuga morrocoy se encuentra catalogada como especie vulnerable (VU) por el Libro Rojo de Reptiles de Colombia (2015) y por la Resolución No. 126 de 2024 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Cabe recordar que la categoría vulnerable (VU) significa que una especie enfrenta un riesgo elevado de extinción en el mediano plazo y cumple criterios específicos relacionados con la disminución de su población, la restricción de su distribución geográfica o la calidad de su hábitat.
Durante la diligencia se solicitó a la mujer la presentación de los permisos para la tenencia del animal, comprobando que no cuenta con permiso alguno de la autoridad ambiental, por lo cual, en ejercicio de su facultad de prevención, la Corporación procedió al decomiso de la tortuga, la cual fue trasladada de inmediato al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre – CAV de la CAR, ubicado en el municipio de Tocaima, para iniciar su proceso de rehabilitación y recuperación.
“Las especies silvestres deben estar en su propio hábitat, prestando los servicios ecosistémicos por todo su ciclo de vida e interactuando con otras especies de flora y fauna de las cuales depende”, afirmó Emma Constanza Zúñiga, directora jurídica de la CAR.
La tortuga morrocoy (Chelonoidis carbonarius) se encuentra distribuida desde Panamá hasta Argentina. En Colombia se le georreferencia en 18 departamentos, con un rango que va desde los cero hasta los 950 metros sobre el nivel del mar. Es una especie estrictamente terrestre y está presente en diferentes ecosistemas, desde zonas abiertas hasta bosques de vegetación primaria. Son de hábitos solitarios y utilizan refugios como troncos huecos, rocas, cúmulos de hojas o madrigueras abandonadas por otros animales.
De acuerdo con los estudios realizados, esta tortuga es omnívora, es decir, que su dieta es amplia y variada, siendo sus principales alimentos los frutos, las hojas, las flores, las semillas y los hongos.
La tortuga morrocoy ocupa el tercer lugar de las más traficadas en Colombia y es una de las especies con mayor presión por parte de cazadores y comerciantes ilegales, pues su carne y huevos son apetecidos y hay quienes las retienen como mascotas, ya que por razones culturales persiste la creencia popular de que su carne posee propiedades afrodisiacas y que su presencia atrae la prosperidad.
“Desde nuestra competencia como autoridad ambiental seguiremos atentos y vigilantes al cumplimiento de las normas encaminadas a poner freno a prácticas ilegales como la caza o tenencia de fauna silvestre y quienes sean sorprendidos cometiendo esta irregularidad se expondrán a las sanciones y multas que determina la ley”, puntualizó la directora Zúñiga.
